Tren Interurbano eleva 20% la demanda de vivienda en Valle de Toluca
METEPEC, Edoméx., 17 de octubre 2016.- Al Conmemorar el Día Internacional de la Mujer Rural e Indígena, Mely Romero Celis, subsecretaria de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, dio a conocer que las mujeres campesinas trabajan 89 horas a la semana, aportan más de la mitad de la producción de alimentos y realizan casi la mitad de las labores agrícolas, sin ningún tipo de remuneración.
“En caso de obtenerlo –dijo-, el pago del jornal es menor al de los hombres, en cerca del 25%”.
Precisó que la ONU instauró el 15 de octubre como la fecha para reconocer el trabajo que las mujeres realizan en el agro, entre las que destacan la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
Ante un atestado auditorio Salvador Sánchez Colín, la funcionaria reconoció la labor que las mujeres realizan en el sector rural, el cual es diferente al de sus homólogas que viven en las ciudades.
“En el campo, las mujeres trabajan 89 horas a la semana -31 horas más que las que laboran los hombres-, ya que después de la faena regresan a su hogar para hacer el aseo, preparar los alimentos y atender a los integrantes de la familia. Y eso nadie se los paga”, dijo.
Previo a la inauguración de la 21 edición de la Red Nacional de Desarrollo Rural Sustentable (RENDRUS), Romero Celis resaltó el hecho de que las mujeres contribuyen a la seguridad alimentaria nacional y coadyuvan para que México se ubique en el lugar número 12 en la producción de alimentos a nivel mundial.
Empero, dijo, el reto es pasar del lugar número 12 al 11, lo cual requiere de mucho esfuerzo y trabajo para producir alimentos de mayor calidad.
Para ello se entregan diversos apoyos como maquinaria, equipo y micro túneles y, en breve, se aplicará el programa “El campo en nuestras manos”, el cual será exclusivo para este sector.
Dijo que también se les dará asistencia técnica, capacitación y acompañamiento, además de acceso a créditos, y se les enseñará a lograr finanzas sanas.
“Todo ello con el objetivo empoderar a las mujeres campesinas e indígenas”, sentenció ante diversas personalidades como Fernando Soto Baquero, representante de la FAO en México; Heriberto Ortega, secretario de Desarrollo Agropecuario; Julio de la Mora Razura, delegado de la Sagarpa en el Estado de México y Ligia Magaña Osorno, directora general del Instituto Nacional para el Desarrollo de Capacidades del Sector Rural, además de líderes agropecuarios integrantes del Congreso Agrario Permanente en el Estado de México.
Por su parte, el representante de la FAO, Fernando Soto Vaquero, resaltó que la seguridad alimentaria depende, en gran medida, del papel protagónico de la mujer.
Dijo que las mujeres representan una cuarta parte de la población en el mundo, y que su papel es tan decisivo, pues contribuyen con cerca del 50% de la producción de alimentos en unidades familiares.
Aparte de ser trabajadoras agrícolas no remuneradas, continuó, desempeñan el papel de madres, esposas, compañeras e hijas, y en muchas de estas labores no se les reconoce, ni se les considera como un aporte económico a la familia, ni en la sociedad.
DESDE AJOLOTES Y SALAMANDRAS, HASTA TORTILLAS DE MEZCAL
Posteriormente, los funcionarios y personalidades inauguraron la 21 edición de la Red Nacional de Desarrollo Rural Sustentable (RENDRUS) en el Estado de México, en la que participaron 64 expositores, con diversos proyectos exitosos.
El intercambio de experiencias se realiza de manera anual, a fin de escoger los proyectos que participarán la justa nacional, que este año se llevará a cabo en Nayarit.
Entre los proyectos expuestos, resaltaron el desarrollo y crianza de rana toro, ajolotes y salamandras –para prácticas laboratorio y mascotas-, la elaboración de paletas y pan de pulque, café, fruta y vegetales orgánicos.
Amaranto, miel y subproductos, cerveza artesanal, agave, tortillas de mezcal, galletas de aguamiel, gomitas de aguamiel, mermelada de xoconostle y miel de agua miel.
Además de gelatinas de pepino y apio, betabel y zanahoria, costillas de cordero y barbacoa, así como el aprovechamiento del popote de trigo, con la elaboración de sombreros, bolsos, monederos y tapetes.