Capturan en Durango a exregidor de Metepec acusado de violación
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de abril de 2017.- Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador del estado de Veracruz fue aprehendido hace unos momentos en el vecino país de Centroamérica por la Interpol.
En sí la detención ya no es nota, pero es fundamental destacar el antecedente en el cual el priísta, de 44 años de edad que gobernó durante el último sexenio al estado del Golfo de México generó una de las peores crisis de seguridad para sus habitantes, en el que la disputa de cárteles concluyó con la muerte y desaparición de miles de veracruzanos .
Dada la abierta y evidente sospecha que el “regordete” mandatario pactó espacios y operación para el grupo de los Zetas -con origen en el noreste del país- y cuya disputa con incursión del cártel de Jalisco Nueva Generación mantiene a la entidad jarocha en un clima de terror y una sangrienta pugna.
Javier Duarte de Ochoa es señalado, junto con ocho de sus ex funcionarios de atentar, vulnerar y perjudicar el erario público, la libertad ciudadana y atentar contra decenas de comunicadores que fallecieron en uno de los sexenios más siniestros y oscuros del priísmo mexicano.
Ochoa de Duarte se fugó vía aérea en un helicóptero oficial, presuntamente apoyado por Flavino Río Alvarado –gobernador interino-, quien también enfrenta cargos frente a la justicia federal por proteger y presuntamente colaborar en la fuga del ex mandatario.
En el rosario de los pecados capitales hechos en la administración de Javier Duarte, resaltan persistentes y sistemáticas violaciones al Estado de Derecho; un aliento a la protección de secuestradores, el cobijo a grupos delictivos, el derramamiento de sangre de inocentes y un pleno estatus de impunidad, donde el caso de los Porkys, sellaron la conclusión de su frustrada gestión, a la cual le faltaron dos meses para cumplir el tiempo constitucional.
Veracruz transitó un proceso electoral duro y difícil en el marco de la presión de grupos de la delincuencia organizada, en el cual el ex priísta Miguel Ángel Yunes Linares, cobijado y respaldado por la bandera de Acción Nacional se ubicó en el tema de la confrontación, el señalamiento y la acusación entre Duarte y Yunes.
Más atrás, Veracruz fue ubicado como un epicentro operativo de los principales cárteles de México, en donde afloró la corrupción y la esencia de los gobiernos del PRI, en cuya entidad los veracruzanos recuerdan con tristeza el paso de personajes como Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, “saqueadores y delincuentes” que impidieron el crecimiento, desarrollo y plenitud de los veracruzanos, además de frustrar sus sueños.
La Interpol impuso la ficha roja a Javier Duarte desde el 14 de noviembre de 2016; sin embargo, fue hasta el 24 de enero de 2017 cuando se hizo pública, luego de que el gobierno federal iniciara las investigaciones pertinentes contra su administración, luego de las reiteradas denuncias de la oposición que advertían de los vínculos y protección que ofrecía Duarte de Ochoa a grupos delictivos, aparte del monumental y ofensivo saqueo que hizo a las finanzas estatales, consideradas por sus acusadores en más de 500 millones de pesos. Además, el gobierno de Duarte se caracterizó por su agresividad y encono hacia los medios de comunicación, donde solamente los últimos 6 años registra la ejecución y asesinato de al menos 19 periodistas.
Javier Duarte de Ochoa se suma a una larga lista de ex gobernadores corruptos que han abusado de su poder y donde también sobresalen el ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, los priístas, Fausto Vallejo, de Michoacán; Salvador Jara, de Michoacán; el perredista, Leonel Godoy Rangel y una larga lista más.
Hoy la suerte de Javier Duarte está echada y dormirá en una cama de cemento hasta en tanto el gobierno mexicano determine su situación jurídica frente a los cargos de actividades con recursos económicos de procedencia ilícita, corrupción, saqueo a las arcas de gobierno y presuntos vínculos con la delincuencia organizada.
En su fuga, el cochinero del gobierno duartista en Veracruz se refleja en una gran estela de irregularidades donde sobresalen el caso de los tratamientos falsos para enfermos con cáncer, las narcofosas y la agresión sistemática contra representantes de los medios de comunicación.