
Cuando Hulk Hogan visitó Toreo de Cuatro Caminos
El pasado 24 de julio se publicó la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, y los resultados volvieron a poner a Ecatepec en la mira nacional. Con un 90.7% de percepción de inseguridad, este municipio se posiciona como el segundo lugar más inseguro de México, solo por debajo de Culiacán, Sinaloa, que registra un 90.8%.
Este dato no es menor. Refleja un sentimiento generalizado de miedo, abandono e impotencia entre los ciudadanos de Ecatepec, quienes día a día enfrentan asaltos, homicidios, extorsiones y desapariciones. Mientras tanto, desde el gobierno municipal parecen vivir en otra realidad: giras, actos protocolarios, inauguraciones sin impacto, y declaraciones sin resultados.
El municipio vive su propia crisis de seguridad, pero en lugar de tomar cartas en el asunto, las autoridades han preferido colocar en puestos clave a personas sin experiencia, muchas veces familiares cercanos de la presidenta municipal Azucena Cisneros, priorizando el nepotismo sobre la capacidad. Así, en vez de expertos en prevención del delito, inteligencia o reacción táctica, tenemos improvisados en cargos que requieren pericia y conocimiento profundo de la problemática.
Hoy, más que nunca, urge una estrategia real y contundente en materia de seguridad. No basta con colocar cámaras o hacer operativos esporádicos; se necesita un cambio estructural, comenzando por un gabinete de seguridad con perfiles técnicos y profesionales, no compromisos familiares ni políticos.
Y en medio de este clima de violencia desbordada, una pregunta empieza a repetirse entre los vecinos de Ecatepec: ¿hay algún tipo de pacto entre el gobierno municipal y el crimen organizado? La falta de acción, los vacíos de autoridad y la aparente indiferencia del ayuntamiento abren paso a este tipo de cuestionamientos que, aunque graves, nacen del abandono sistemático que vive el municipio.
Ecatepec necesita seguridad, justicia y dignidad. Y eso solo se logrará con voluntad política, con gente preparada y con un compromiso verdadero con la ciudadanía. Ya basta de simulaciones. La seguridad no puede seguir siendo la gran ausente en la administración municipal.