El desbrujulado Manzur

Como si se tratara del jueguito de las “manos calientes”, el secretario general de gobierno, José Manzur Quiroga, aborda el tema de la inseguridad en el Estado de México, después de “comparecer” ante los legisladores en la glosa o revisión del quinto informe del ejecutivo estatal; cuánta diferencia hay entre lo que el percibe o los pobladores perciben o sienten como verdaderas víctimas del delito.

Queda claro que Manzur está más que consiente de la severísima crisis que se padece en la entidad, aunque su discurso anquilosado y de remolacha, lo usa porque no está obligado a aceptar la realidad y salirse por la tangente es el camino fácil ante la incapacidad.

Sus números para fundamentar la baja en la delincuencia solo se los cree él y sus cuates; nueve de cada 10 mexiquenses se sienten inseguros y en los últimos 18 meses han desaparecido más dos mil mujeres en la entidad, según el Observatorio Nacional del Feminicidio.

En todos los puntos cardinales del territorio existen problemas que han rebasado a la autoridad local, pero José Manzur se aferra a la brújula desimantada, la de adorno que solo le sirve para guiar su interés futuro, para una supuesta contienda interna de su partido, que lo pudiese glorificar y casi inmortalizar.

Secuestros, homicidios, asesinatos, feminicidios, narco y sus derivados son nada ante la obsesión de lo que viene; la responsabilidad ficticia como cortina de humo. Cumplir o no es lo mismo, cada quien su brújula.