
Anuar Azar, El Parásito Panista que Migra al Botín de Atizapán
¿Cuánto aprendió Nicolás Maquiavelo del hijo del papa Alejandro VI a lo largo de su vida?… su obra titulada “El Príncipe” tiene duras lecciones de quien llamado César Borgia, dejó pruebas de una ambición política y económica más allá de sus fuerzas militares y de estrategia política. En el texto de Maurizio Viroli, en el capítulo 8, cuyo subtítulo dice “La historia enseña al que quiere aprender”, en este caso la estrepitosa caída de César Borgia que sorprende por la rapidez de lo sucedido en pocos meses.
En dicho capítulo, leo: “Con la ayuda del rey de Francia y de la guerra, y con mucho dinero, Florencia se había salvado del Valentino (César Borgia). Sin embargo, el problema de su debilidad política y militar seguía sin resolverse, con gran peligro para la libertad de la ciudad”. Los consejos que el florentino da a los gobernantes de tan admirable ciudad son válidos hoy más que nunca. Resume sus lecciones en el escrito titulado “Algunas palabras que decir acerca de la disposición del dinero, luego de haber hecho un breve proemio y una disculpa”. En ella “Maquiavelo incluye todo lo que ha aprendido en Francia y en sus misiones ante el duque. Se trata de un escrito lleno de pasión y de lucidez, admirable por la sutiliza del análisis político, por la fuerza de la persuasión y por el amor a la libertad que impregna cada línea”.
No hay duda su libro “El Príncipe” es un trabajo literario y de ciencia política escrito con la inteligencia y talento de lo que se resuelve en la luz del rayo lazar: todo lo que se sabe demostrado de manera directa, precisa y sabiendo a cuál punto desea enfocarse. Si el escrito que hace persiste en que no puede haber gobierno seguro que no se maneje con sagacidad pero también, sustentado en la fuerza de las armas.
Cuenta el Maquiavelo en dicho escrito: “Todas las ciudades, cualquiera que haya sido su forma de gobierno, han tenido como defensa <<las fuerzas mescladas con la prudencia>>. Aquéllas sin ésta no son suficientes, porque la prudencia sin las fuerzas no sirve y las fuerzas sin la prudencia no bastan para gobernar los asuntos políticos y conservar los estados” Todo un tratado de cómo gobernar por largo tiempo sin caer en las orgías que al final hicieron de Roma un imperio en agonía o al revisar el comportamiento de César Borgia aprendió hasta dónde la ambición desmedida del Príncipe le llevan a reunir tantos enemigos en su contra, que han de terminar defenestrándolo más pronto que tarde.
José Martí, dice en un texto que: <<es triste no tener enemigos, pues significa que se es nadie dentro de la comunidad donde se vive>>. Y tiene razón, al leerle con detenimiento pues el humanista expresa la preocupación de no dejarse abandonar para ser un cero a la izquierda. En términos de la política, es regla que Maquiavelo hace ver: no es bueno tener tantos enemigos que rebasen el número de quienes simpatizan con el Príncipe en momentos críticos.
Escribe Maurizio: “Por esta razón, fuerza y prudencia son <<el nervio de cuantos estados hubo y habrá, y quien ha estudiado los cambios y las ruinas de los reinos y las repúblicas a lo largo de la historia sabe que han sido causados por la falta de armas o por la falta de sensatez”. Regla incontrovertible de la ciencia política. Por eso, aunque hay una historia de los grandes pensadores y estrategas de la política, Maquiavelo es número uno porque supo con su enorme talento descifrar reglas eternas de la búsqueda del poder político, así como del mantenerse en él por largo tiempo.
Todo parece saberlo, cuenta Viroli: “Era un razonamiento impecable. Pero Maquiavelo bien sabía que los avaros y poco sensatos florentinos decían que para protegerlos ya estaba el rey de Francia y que el peligro del Valentino se había alejado: de modo que no había necesidad de desembolsar más dinero. Semejante opinión, explica Maquiavelo, es temeraria <<porque cada ciudad, cada estado, ha de considerar enemigos a todos aquellos que pueden confiar en ocuparle lo suyo y de quienes ella no se puede defender>>. Ningún estado que viva a merced de otros ha gozado jamás de seguridad”.
¿Cuándo nuestro país ha estado fuera de peligro teniendo como tiene a los Estados Unidos de América, con sus ambiciones imperiales en los últimos dos siglos?… ¿cuándo los estados pequeños han estado fuera de peligro en la Europa de estos dos siglos?… La fuerza militar es obligada presencia si se rige con la prudencia de los gobernantes que por encima de todo sin civilistas y no guerreros.
El cronista ejemplar que es Nicolás Maquiavelo da lección sobre lección de historia, de sociología, de geografía, cuando es necesario. Cito a Viroli: “Tras enunciar el principio general, para disipar las ilusiones de sus conciudadanos pone ante sus ojos la situación real en que se encuentra Florencia. Estáis desarmados y vuestros súbditos ni os aman no os temen. Mirado alrededor, empezando por la Toscana: estáis entre Lucca, Siena, Pisa, ciudades <<que desean vuestra muerte más que su propia vida>>. Mirad después a Italia: veréis que toda ella orbita alrededor del rey de Francia, de Venecia, del Papa y del Valentino (César Borgia)”.
La mente prodigiosa del florentino va más allá de las fronteras conocidas. Su cultura es de alcances universales para su tiempo. ¿A qué horas estudiaba, leía o investigaba? Es el cronista clásico que sabe mucho —muchísimo del pasado—, tales lecciones le sirven para comprender el presente y, para dar consejo en base a esa sabiduría, que hoy son reglas eternas de la ciencia política. Cronista y politólogo en sentido estricto de la palabra es el mayor ejemplo al que podemos acercarnos, quienes amamos la crónica y admiramos la ciencia política, como enseñanza humana y no como latrocinio y malas componendas o decisiones que sufrir a los pueblos.
Así lo asevera Viroli: “Maquiavelo es un maestro en el arte de la retórica. Conoce a los clásicos y sabe muy bien que, más que un razonamiento, lo que vale es un ejemplo, una historia, un relato. Prepara una historia magistral, que seguramente había de llegar a los corazones de los ciudadanos reunidos en el Consejo Grande. Recurre a la memoria de la caída de Constantinopla en mano de los turcos, que se había producido en 1453”. Lección de vida, no decir que se es sabio de todo al hablar. Es mejor, como lo hace Jorge Luis Borges, en la el campo de la literatura, pues antes de citarse, prefiere citar a tal o cual escritor del pasado o el presente como apoyo a su decir.
Maquiavelo sabe hablar, cita Maurizio: “… el emperador convocó a los ciudadanos a fin de pedirles dinero y ayuda para hacer frente al terrible enemigo que se acercaba. Ellos <<se mofaron del asunto>>. Se produjo el asedio y, en cuanto oyeron el estruendo de los cañones que batían las murallas y los alaridos de las tropas turcas, llorando acudieron al emperador con puñados de dinero en el regazo. Él los expulsó diciéndoles: <<Id a morir con ese dinero, dado que no habéis querido vivir sin él>>. “Ejército y Prudencia” son componentes de un estado democrático y libre de ataduras de la violencia, que es cotidianidad en un estado que se desea libre y soberano.