
La Política Mexiquense
Experto en gobierno y asuntos públicos.
Una bandera verde por México: La épica del Batallón de San Patricio
«La patria es donde uno nace, pero la patria también es donde uno elige morir.» José Martí.
En esta época de amenazas externas a nuestra nación, de violencia cotidiana, de guerras comerciales y de todo tipo en el mundo, detengámonos un momento y tomemos un respiro.
Este próximo 17 de marzo, escuchemos las gaitas y disfrutemos de una cerveza Guinness o un mezcal, en honor al Batallón de San Patricio. Sobre todo, recordemos y honremos a aquellos hombres que nos mostraron que la patria se elige con el corazón.
Lazos inesperados: Irlanda y México
¿Qué unen Irlanda y México? Más de lo que podríamos pensar. Una historia de valentía, sacrificio y una bandera verde ondeando en defensa de nuestro país.
El apóstol de Irlanda: El origen de un símbolo
Al escuchar el nombre de Irlanda, quizás visualicemos el color verde, o tal vez duendes y tréboles de la suerte. Personalmente, me trae a la mente las hermosas costas de la famosa isla.
Sin embargo, existe un símbolo de gran importancia para los irlandeses: su santo patrón, San Patricio, un misionero y predicador católico que popularizo esta religión en toda Irlanda (antes de 1921, Irlanda e Irlanda del Norte no estaban formalmente divididas).
Durante su labor evangelizadora, utilizó el trébol, ya que, para los celtas, era una planta sagrada que anunciaba la llegada de la primavera. Él lo adopto como representación de la Santísima Trinidad. Patricio falleció en Irlanda del Norte el 17 de marzo del año 461 de nuestra era, sin haber sido canonizado oficialmente.
La gran diáspora: Huida de la hambruna
Muchos años después, en 1845, una devastadora hambruna en Irlanda, provocada por una plaga en las papas, y la opresión de Inglaterra, provocó una masiva migración. Alrededor de 2 millones de personas, aquellos que lograron sobrevivir, abandonaron la isla, protagonizando el mayor desplazamiento de población del siglo XIX. Un gran número llegó a América, donde fueron recibidos con desprecio y discriminación por los residentes de Estados Unidos, debido a sus enfermedades, pobreza y falta de preparación.
A pesar de las adversidades, estas personas, nobles como sus ancestros celtas, demostraron su temple y fortaleza, y se integraron a la sociedad en diversos ámbitos, incluyendo, por supuesto, el ejército.
Guerra de intervención estadounidense: Irlandeses en defensa de México.
Durante los años 1846 y 1847, el ejército estadounidense invadió México en la guerra de intervención. Por su parte, los soldados irlandeses recibían maltrato, entre otras razones, por compartir la fe católica con los mexicanos. Se cuenta que ante estos malos tratos y las injusticias que se cometían y ellos presenciaban, los soldados estadounidenses de origen irlandés, no dudaron en cambiar de bando. Desertaron y se unieron a la defensa de Mexico.
Con una bandera verde, un arpa bordada en el centro rodeada de tréboles, y la leyenda “Erin go Bragh”, (que se traduce como: Irlanda para siempre),se conformó el Batallón de San Patricio.
En la Batalla de Monterrey, el 21 de septiembre de 1846, bajo el mando de John O’Reilly, inmigrante irlandés y ex teniente del ejército de EUA, lucharon por primera vez del lado mexicano. Posteriormente, se enfrentaron con valentía a los invasores en diversas batallas, recordando el arrojo de Patricio al luchar contra los piratas y cuando expulso a las serpientes al mar. A ellos se unieron residentes irlandeses, alemanes e ingleses de México, negros libres y esclavos fugitivos.
Pero la guerra es cruel, y el destino les tenía reservada una página amarga con su final trágico. Ni San Miguel Arcángel, de quien eran devotos, ni tampoco el trébol de la suerte pudieron cambiar el desenlace. En la batalla de Churubusco, el 20 de agosto de 1847, a pesar de la fiereza con que lucharon, fueron derrotados.
Precisamente, en este lugar, el general Pedro María Anaya pronunciaría la famosa frase, cuando el general Twiggs le exigió que entregaran las armas, la pólvora y el parque: “Si hubiera parque, no estaría usted aquí”.
Debido a las afrentas que este grupo de hombres, causo a los norteamericanos, al ser responsables de un gran número de bajas del ejército enemigo, fueron sometidos a severos castigos tras su captura: 50 latigazos, la marca «D» de desertores con hierro candente sobre su piel y finalmente, la horca el 13 de septiembre en Chapultepec, justo en el momento en que se izaba la bandera de Estados Unidos que remplazaba a la de México.
De esta manera, estos herederos del pueblo que nunca fue invadido por Roma veían como el enemigo mancillaba la nueva patria que habían elegido. Antes de morir con su última mirada, vieron cómo la bandera enemiga se alzaba sobre el suelo que habían defendido.
Un legado de valentía y hermandad
Estados Unidos negó la existencia de la Brigada de San Patricio hasta 1915, cuando una investigación del Congreso reveló el encubrimiento de su historia.
Hoy, al recordar su sacrificio, no podemos evitar sentir un nudo en la garganta. No eran mexicanos de nacimiento, pero eligieron serlo de corazón. Su lucha, su entrega, y su memoria, son un legado que nos pertenece a todos.
El Batallón de San Patricio, o los colorados como les decían los mexicanos por el color de su piel y sus cabellos, son un símbolo de la hermandad entre dos naciones, nos recuerda que la valentía y la lealtad no conocen fronteras.
En la memoria colectiva de México, hay ecos de tambores lejanos, de gaitas que lloran y de una bandera verde que ondea con el viento de la historia. No se trata de una leyenda, sino la gesta de hombres que adoptaron nuestra tierra como suya, que defendieron nuestra patria con la misma pasión con la que amaban la suya, y que dieron su vida por una sociedad más justa.
Que el verde de su bandera siga ondeando en nuestros corazones, recordándonos que la lucha por la justicia y la libertad es un legado que nos une. Que su valentía sea un faro en tiempos de oscuridad.
Recomendación musical: San Patricio The Chieftains con Ry Cooder, 2010.