
La ineficiencia del sistema de salud pagan #PrimerolosPobres
Podré no estar de acuerdo con tu idea, defenderé con mi vida tu derecho a expresarla.
Voltaire, filosofo francés, S XVIII.
México inició en 1988 un despertar político que se fue modelando por años, y fue hasta el 2018 cuando se arrancó un proceso de cambio político profundo, liderado por el Expresidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como la cuarta transformación. Se ganó, por una indiscutible mayoría de votos, la posibilidad para unos y la obligación para otros, de ejecutar la transformación del sistema político mexicano.
En el año 2024 la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo obtuvo una votación histórica, con lo que ganó la elección presidencial y el liderazgo político incuestionable del movimiento de transformación del país. Entre las propuestas que la llevaron al triunfo se encontró ejecutar la reforma judicial que permitiera la elección de las personas juzgadoras mediante un ejercicio de democracia directa, renunciando a una facultad constitucional.
Ello es congruente con el proyecto de transformación nacional, manteniendo en el centro de la toma de decisiones a la gente, y ahonda en las diferencias con las épocas anteriores, cuando se aplicaron las políticas neoliberales y el centro del poder fueron las élites.
El próximo 1 de junio el pueblo de México tendrá la posibilidad, por primera vez, de votar y elegir a las personas juzgadoras. Se eligen 5 Ministras y 4 Ministros, que integrarán la Suprema Corte de Justicia de la Nación; 3 magistradas y 2 magistrados del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial; Sala Federal y Regionales del Tribunal Electoral; Magistradas y Magistrados de Circuito y Juezas y Jueces de Distrito. Una elección de grandes proporciones que hace al pueblo voltear a ver el tamaño del poder judicial, hasta hoy desconocido.
En ese mar de cargos las y los mexicanos estamos convocados a actuar con responsabilidad, investigar los perfiles de las personas candidatas y acudir a los centros de votación el 1er domingo de junio. Un ejercicio histórico de pies a cabeza.
Y como todo proceso inédito, representa retos y abrirá áreas de oportunidad, dejando tras concluir, una nueva experiencia que servirá para mejorar el siguiente proceso (que coincidirá además con la elección de otros poderes) en 2027 y en donde se elegirán al resto de las personas juzgadoras.
No es de extrañarse que las elites se manifiesten en contra de este ejercicio democrático. La reacción al afianzamiento de la transformación debe generarles un mayor sentimiento de derrota y añoranza por un pasado más benéfico para sus intereses, que hoy se desnudan como totalmente contrarios a los del pueblo.
Para los ciudadanos de a pie, disfrutemos esta etapa de la vida pública de México, actuemos con responsabilidad, a la altura de las circunstancias, participando y también vigilando que las personas juzgadoras que resulten electas, se desempeñen de acuerdo con las normas aplicables además de con la ética acorde a estos tiempos de transformación.