Tren Interurbano eleva 20% la demanda de vivienda en Valle de Toluca
A pregunta expresa sobre cómo evaluaría los cinco años de gobierno de Eruviel Ávila Villegas al frente del estado de México, el politólogo Eduardo Rodríguez Manzanares enfatizó que ‘‘no podemos negar que la problemática del estado de México es muy compleja, en todos sus órdenes y en particular, los casos de violencia y el tema de inseguridad que se han registrado a lo largo del presente gobierno. Sabemos que hay falta de credibilidad y confianza de la ciudadanía hacia las instituciones, tanto en la entidad como en el país. Si bien es cierto que ha habido algunos impulsos, algunos apoyos, infraestructura y el esfuerzo de parte del gobernador por ir subsanando alguna de las áreas de nuestro estado, no son suficientes y queda a deber el quehacer gubernamental de cara ante las demandas y exigencias de la sociedad’’.
Hay temas torales, como el de la educación, salud, el impulso al campo, en donde el gobierno está quedando a deber. A estos temas hay que agregar la falta de la generación de empleos bien remunerados, porque no sólo basta con generar empleos en un porcentaje mayúsculo, sino hay que irse al fondo del asunto, en la forma en la que se están generando estos empleos, precisamente, para evitar, por un lado, el surgimiento de grupos delincuenciales, y por el otro, uno de los factores sensibles para el estado de México, evitar la migración.
Desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, como gobernador del estado de México, incluso desde la época de Arturo Montiel Rojas, el problema del transporte público se ha hecho más evidente. Con el crecimiento poblacional desordenado en la el Valle de Toluca, el cual impacta en otras problemáticas como la contaminación, caos vial, inseguridad y un transporte público arbitrario, que no ofrece un servicio de calidad, laceran la economía del grueso de la población el incremento ilógico del precio de traslados. Termina por ser un servicio caro y deficiente con horarios de atención irrisorios.
Por otro lado, hasta hace unos años, el estado de México tenía uno de los porcentajes más altos de contribución de los productos del campo en el país, pero los descuidos de las autoridades de no poder regular el crecimiento demográfico, entre otros factores, han provocado que haya hoy día mayor importación de granos básicos para el consumo estatal y nacional, con lo cual van mermando y opacando los posibles resultados positivos que obtenga el gobierno en turno.
En definitiva, el gobierno de Eruviel Ávila Villegas queda a deber en todos sentidos y si a eso le sumamos un Poder Legislativo muy opaco, muy limitado en su capacidad de llevar a cabo iniciativas que en verdad trasciendan, más allá de la diversidad política que tenemos en la (LIX) Legislatura, pero con una mayoría que respalda al gobernador, no hay mucho por rescatar, porque no ha habido cambios sustanciales en la entidad.
En el caso de la salud, en específico del ISSEMyM, nos debe a todos los derechohabientes un servicio de calidad, no sólo en especialidades sino en medicina general. Basta con asomarse al área de Urgencias de los hospitales del ISSEMyM para darnos cuenta de la precariedad con la que trabaja el personal y el trato nada humano el que reciben los pacientes.
En el caso de educación, todos los apoyos siguen siendo insuficientes para atender aquellos rezagos o carencias que se ven en todos los planteles de la entidad, ya no sólo de las zonas rurales, sino hasta de las zonas urbanas, donde se supone están mejor. Las condiciones en las que tiene que trabajar el profesor son pésimas y los infantes aprenden en la precariedad.
¿HAY UNA VERDADERA CLASE POLÍTICA EN LA ENTIDAD MEXIQUENSE?
Para el politólogo y maestro de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Eduardo Rodríguez Manzanares, en la entidad mexiquense se denotan grupos e institutos políticos conviviendo en una aparente sana pluralidad, que hacen que nuestra clase política deje mucho qué desear. No tienen capacidad de respuesta a las peticiones y demandas de la sociedad. Es una clase política que no tiene un interés real y profundo por esto que llamamos, en las democracias contemporáneas, la búsqueda del bien común. Es una clase política que se ha quedado atrás, que no ha cambiado, que no ha evolucionado, como está sucediendo, afortunadamente, en la sociedad civil. Es una clase política rezagada, amorfa. No están a la altura de la sociedad mexiquense.
Tras los resultados de las elecciones intermedias del 2015, vemos a un PAN y a un PRD con muchos conflictos internos, con lo cual tienen mucho para ponerse a trabajar para buscar la renovación del titular del Ejecutivo estatal en mejores condiciones el año próximo. Ante este panorama, me parece que esta clase política no está al ritmo, ni cubre las exigencias que requieren los cambios trascendentales de nuestro país y de la entidad.
En verdad, no se observa ese talento, ni capacidad en la clase política mexiquense para atender demandas ciudadanas y se refleja en el desempeño gubernamental estatal. Sólo se alcanzan a ver logros muy limitados en los municipios, en la legislatura, en el gobierno en general. En cuanto a las Reformas estructurales, de las que tanto se mencionan por parte del Gobierno Federal, no iban a dar fruto de la noche a la mañana, pero sí que al menos vayamos sentando bases importantes para transformar acciones que se vayan dando a corto, como a mediano y largo plazo.
La clase política mexiquense se ha afianzado en sus laureles, en el limbo, se siente segura estando en la parte superior de la sociedad, que no la respalda y que ha olvidado que la representa, generando un déficit en la democracia representativa. Valdría la pena preguntarse si estos representantes en verdad nos representan, o a quiénes representan, es decir, esta clase política representa a grupos de interés socioeconómicos y oligarquías, dejando al colectivo, al pueblo, a la sociedad varados a su suerte.
PERFIL DEL GOBERNADOR, SEGÚN EL POLITÓLOGO EDUARDO RODRÍGUEZ MANZANARES
Tomando en cuenta su formación académica y profesional, es de reconocerle su esfuerzo, esa preocupación por seguir preparándose. Se le agradece que sea un mandatario con un doctorado en Derecho, lo cual habla de una persona con vasta capacidad en cuanto a su formación profesional, lo que sí me parece que sigue quedando pendiente es esa otra dualidad que deberían tener todos los políticos, la capacidad de conducir los destinos de un conglomerado social, y ahí queda mucho a deber el gobernador Eruviel Ávila Villegas.
Uno piensa que siendo un gobernador, un ex diputado y un ex alcalde proveniente de uno de los municipios más complejos, complicados y extensos, geográfica y poblacionalmente hablando, de la entidad, como lo es Ecatepec, pensamos que nos hubiera dado mucho más de lo que ha ofrecido. Nos queda a deber, al igual que su equipo de colaboradores, porque nunca ofrecieron alternativas reales a los problemas que nos aquejan a todos los 125 municipios que conforman la entidad en lo que va del sexenio.
En el gobierno de Eruviel Ávila Villegas, se han dedicado a administrar los problemas, no ha resolverlos.