
Destacan alcaldes panistas de Edomex a nivel nacional por buen gobierno
TOLUCA, Edomex., 4 de junio de 2025.- Aunque muchos lo consideran un fenómeno improbable, el rayo es responsable de miles de muertes en México. De acuerdo con la Secretaría de Salud, entre 1998 y 2021 se registraron 2 mil 470 fallecimientos por descargas eléctricas atmosféricas, una cifra que pone sobre la mesa una amenaza ignorada por años. Pero el dato más alarmante: el Estado de México concentra más de una quinta parte de esos decesos.
En el reciente estudio “Mapping Lightning Risk in Mexico: Integrating Natural Hazard and Social Vulnerability”, de los investigadores Alejandro Jaramillo Moreno y Christian Domínguez Sarmiento, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, se elaboró el primer mapa de riesgo de muertes por rayo en México que combina información climática y social.
Según los datos, el Estado de México registró 539 muertes por este fenómeno, liderando por un amplio margen la lista nacional. Le siguen Oaxaca (206), Michoacán (168) y Guerrero (133). Dentro de la entidad mexiquense, los municipios más afectados fueron Villa Victoria (30 muertes), San Felipe del Progreso (27), Ixtlahuaca (23) y Toluca (22).
“Un ‘evento’ es cuando cae un rayo en una zona donde puede causar una o varias muertes”, explicó Jaramillo Moreno.
Más allá de la fuerza natural del rayo, lo que agrava su impacto es la situación social. Muchas comunidades, sobre todo rurales, enfrentan pobreza, falta de educación, viviendas sin protección estructural y escaso acceso a servicios de emergencia. Todo esto crea el escenario perfecto para que un fenómeno natural se convierta en tragedia.
“Este es el primer mapa que integra el peligro natural con la vulnerabilidad social”, destaca Jaramillo. Y es esa combinación la que pone en riesgo a miles de personas.
Durante la temporada de lluvias, que se intensifica en verano, la Sierra Madre Occidental y el centro-sur del país se convierten en zonas críticas de formación de tormentas eléctricas.
Las personas que fallecen por un rayo suelen estar al aire libre: trabajando en el campo, caminando o refugiándose bajo un árbol. Algunos mueren por descarga directa, otros por corriente inducida. Incluso dentro de una vivienda, la descarga puede ser mortal si no hay un sistema de pararrayos que conduzca la energía a tierra de forma segura.
El problema es que en muchas zonas rurales, las casas carecen de estas medidas básicas de protección.
Hace 40 años, los países desarrollados reportaban menos de 0.5 muertes por millón de habitantes por rayo. En México, esa cifra superaba las cinco muertes por millón. Aunque ha disminuido —gracias a la migración hacia ciudades con más infraestructura—, el riesgo persiste en las zonas rurales, como las del Estado de México.
Este nuevo mapa es una herramienta vital para gobiernos locales y autoridades de protección civil. Les permite identificar en qué zonas se debe priorizar la educación, la construcción segura y la atención médica accesible.
La caída de un rayo no se puede evitar, pero sí se puede reducir el riesgo mortal que representa. Se recomienda suspender actividades durante tormentas, buscar refugio seguro y acceder a pronósticos meteorológicos confiables.
A futuro, es fundamental asegurar que esta información llegue también a las comunidades indígenas en sus lenguas originarias, para que todas las personas puedan reaccionar de forma oportuna y segura.