
Brindan mantenimiento al muro del Río de Texcoco tras intensas lluvias
ACOLMAN, Edomex., 27 de junio de 2025.– La Escuela Primaria Benito Juárez, ubicada en la comunidad de Zacango, vivió una nueva emergencia este miércoles cuando una intensa lluvia provocó la inundación de sus instalaciones y dejó atrapados a más de 300 estudiantes del turno vespertino. El hecho activó la movilización inmediata de elementos de Protección Civil, quienes lograron rescatar a los menores y trasladarlos a un lugar seguro.
Este tipo de emergencia no es un hecho aislado: cada temporada de lluvias, el plantel enfrenta el mismo problema. La palabra clave en esta historia —escuela inundada— es una constante en las denuncias de autoridades escolares y padres de familia que aseguran que el problema ha sido ignorado durante años, pese al evidente riesgo para cientos de estudiantes.
La directora del plantel, Sandra Edith Pérez Mendoza, explicó que la escuela inundada se ubica en una zona baja donde se concentra el escurrimiento de agua de la calle principal. El drenaje, además de ser insuficiente, se encuentra obstruido frecuentemente por basura y desechos, lo que impide el desalojo del agua y genera acumulaciones de hasta 30 centímetros de altura en salones, baños y patios.
“Es agua contaminada, es peligroso para los niños”, subrayó la directora, visiblemente preocupada. Aseguró que el personal y padres de familia son quienes terminan limpiando tras cada incidente, sin que se implementen acciones de prevención o infraestructura adecuada.
Pese a que la escuela ha recibido apoyo municipal en situaciones de emergencia, la comunidad exige una solución definitiva. Entre las propuestas que se han puesto sobre la mesa está la reubicación de la escuela inundada, la elevación del terreno, o incluso una negociación con los ejidatarios de la zona para encontrar alternativas más seguras.
“Esto no puede seguir así. Son más de 800 estudiantes en riesgo todos los días”, declaró Pérez Mendoza, quien también hizo un llamado directo a la gobernadora Delfina Gómez y a las autoridades educativas del Estado de México para intervenir.
El impacto de esta escuela inundada va más allá de lo físico. Padres de familia han denunciado daños a libros, mobiliario, equipo escolar y la cancelación de clases por días. Además, los menores están expuestos a enfermedades derivadas del contacto con agua sucia y estancada.
“La educación de nuestros hijos no puede depender del clima”, reclamó una madre mientras ayudaba a recoger cubetas de agua del patio.
La situación de la escuela inundada en Zacango es una advertencia urgente para los tres niveles de gobierno. Mientras no se atienda de fondo este problema estructural, cientos de estudiantes continuarán enfrentando peligros que van desde la insalubridad hasta el abandono educativo.
La comunidad de Acolman no solo pide atención inmediata, sino también respeto al derecho de niñas y niños a estudiar en condiciones dignas y seguras.