
Decreta Argentina 7 días de duelo por muerte del Papa Francisco
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de abril de 2025.- Mario Jorge Bergoglio, conocido como el Papa Francisco I, será recordado por su humildad, caracterizada entre muchos otros detalles por su rechazo a las galas papales, optando por unos sencillos zapatos negros y la misma cruz pectoral y anillo de plata que había usado como arzobispo de Buenos Aires.
Ordenaría instalar en el Vaticano dormitorios, duchas y una barbería para los sin techo. Comenzó una nueva era de sencillez papal.
“No podemos insistir solo en cuestiones relacionadas con el aborto, el matrimonio homosexual y el uso de métodos anticonceptivos”, dijo Francisco.
Se pronunció en contra del aborto, pero cambió la doctrina católica para insistir en que la pena de muerte es “inadmisible” y la posesión de armas nucleares, inmoral. Criticó las desigualdades mundiales, afirmando que “una economía así mata”, y pidió a los países ricos que hicieran más para atajar la crisis climática.
Tema de abusos sexuales
Admitió sus errores, entre ellos su gestión de los escándalos de abusos sexuales por parte de clérigos, la mayor crisis que ha sufrido la Iglesia católica en 500 años. Habló sobre los abusos, se reunió con las víctimas y promulgó una serie de leyes eclesiásticas para atajarlos.
Acudió a Lampedusa, puerta de entrada para quienes buscan refugio en Europa, en donde celebró una misa en un altar hecho con barcas de migrantes recicladas y condenó la indiferencia mundial hacia los refugiados.
Haría de la defensa de los inmigrantes un tema constante, instando a todas las comunidades católicas del mundo a acoger a una familia de recién llegados.
Comparó los centros de detención de inmigrantes en Libia con “campos de concentración” y, en el período previo a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, describió el plan de Donald Trump de construir un muro fronterizo como “no cristiano”.
Discutió el “derecho del medio ambiente” en las Naciones Unidas, publicó dos encíclicas instando a la acción en las negociaciones de la ONU sobre el clima y anunció planes para incluir el “pecado ecológico” en la doctrina católica oficial.
Relación interreligiosa
Se centró en la relación con el mundo musulmán, tratando de reparar los lazos que se habían tensado durante el pontificado de Benedicto XVI.
Colaboró estrechamente con el gran imán de Al-Azhar, Ahmed al-Tayeb, una destacada autoridad suní, con quien firmó una declaración histórica sobre la “fraternidad humana” durante un viaje a Emiratos Árabes Unidos, la primera visita de un pontífice a la península arábiga.
En 2021, realizó un audaz viaje a Iraq en medio de la pandemia de Covid-19, y se reunió con el gran ayatola Al-Sistani, líder espiritual de los musulmanes chiíes del mundo.
Durante un viaje a Indonesia, la nación de mayoría musulmana más grande del mundo, Francisco firmó otra declaración interreligiosa cuando se reunió con el gran imán del país en la mezquita Istiqlal de Yakarta
La fe de Francisco en el diálogo dio algunos frutos en 2015, cuando actuó como mediador entre Cuba y Estados Unidos, ayudando al restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Contra la guerra
Instó repetidamente a un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamas desencadenada por los ataques del 7 de octubre de 2023, y se reunió con familiares de rehenes israelíes tomados por Hamas, así como familiares de palestinos encarcelados por Israel. “Esto no es una guerra. Esto es terrorismo”, dijo.
Sus intentos de crear un espacio para el diálogo también le valieron críticas tras la invasión rusa de Ucrania, ya que en general evitó nombrar al presidente Vladimir Putin, y a Rusia, como el agresor.
El papa se mantuvo en contacto con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, con quien se reunió en el Vaticano en mayo de 2023 y en octubre de 2024, y en más de una ocasión rompió a llorar públicamente al hablar del sufrimiento de la población de Ucrania.
Francisco insistió en que quería una iglesia “magullada, herida y sucia” por estar en la calle, en lugar de una que se hubiera vuelto “malsana por estar confinada” y “aferrada a su propia seguridad”.
El manifiesto de su papado, recogido en el documento “Evangelii Gaudium” (La alegría del evangelio), advertía contra el hecho de que la Iglesia siguiera atada a estructuras y costumbres anticuadas o utilizara normas para convertir a los creyentes en “jueces severos”.
Inició un ambicioso proceso de renovación plurianual que pretendía implicar a todos los 1.300 millones de católicos del mundo, y en el que se abordaron temas como el papel de la mujer, el celibato de los sacerdotes, la doctrina de la Iglesia sobre el sexo y el uso del poder.
El telón de fondo fue la crisis de los abusos sexuales por parte del clero, que sacó a la luz los delitos contra menores y el abuso de poder y los encubrimientos.
Francisco también quiso encontrar la manera de incluir a los católicos que se habían divorciado y vuelto a casar y, por tanto, tenían prohibido recibir la comunión.
También introdujo restricciones a la celebración de la misa tradicional en latín, que según él se utilizaba para socavar la unidad de la Iglesia.
El papa estableció la primera comisión pontificia de la Santa Sede para la protección de menores, aunque luchó por encontrar su lugar dentro del Gobierno central de la iglesia y tanto un sobreviviente como un prominente experto renunciaron frustrados.
Bodas igualitarias
En 2023, el papa autorizó la bendición de parejas del mismo sexo, una decisión histórica que suscitó reacciones contrapuestas.
Aunque muchos la acogieron con satisfacción, los obispos de África dijeron que no las celebrarían, alegando que contradiría el “ethos cultural de las comunidades africanas”.
El papa aceptó su razonamiento, pero respondió con firmeza a lo que describió como “pequeños grupos ideológicos” que se oponían a la medida. “Nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que quizá explota a la gente: y eso es un pecado gravísimo. Mientras que se escandalizan si se la doy a un homosexual… ¡Esto es hipocresía!”.
En medio de la pandemia
Durante la pandemia de coronavirus, Francisco comenzó a retransmitir en directo sus servicios, incluidas sus misas matutinas, las que se calcula que veían unas 500.000 personas al día.
Francisco comprendió que una imagen potente puede expresar más que mil palabras. Al principio de la pandemia, cuando en todo el mundo había gente encerrada, salió a una Plaza de San Pedro desierta.
Mientras llovía, dirigió una breve misa y, al final, levantó una custodia de oro y bendijo al mundo. Fue una de las imágenes más perdurables de la pandemia del covid-19.
Como papa, terminaba cada reunión pidiendo a la gente que rezara por él. Es probable que millones de personas de todo el mundo recen ahora por un líder que se esforzó por dejar el mundo, y la Iglesia, en un lugar mejor.
Con información de diarios de todo el mundo