
El cuidado de sí, el autocuidado en la salud: Un derecho y una responsabilidad
TOLUCA, Edomex., 30 de enero de 2017.- La situación en el PAN en el Estado de México ya superó la barrera de la división política. Se han generado fuertes enconos entre los blanquiazules mexiquenses y la dirigencia nacional que preside Ricardo Anaya.
A raíz de la llamada providencia que emitió el dirigente nacional para elegir candidato a gobernador por el Estado de México, la rebelión de los políticos locales se agudizó, particularmente de parte de Ulises Ramírez, quien a decir verdad tiene de su lado a casi toda la estructura de la entidad mexiquense.
Al diputado federal lo han golpeado con todo, durísimo, y en pleno desacato a la convocatoria emitida por el CEN decidió no registrarse en el proceso e irse a los tribunales para defender su posición como precandidato. Sin embargo, dentro de los golpeteos en su contra parece enmarcarse la sentencia condenatoria que emitió el Tribunal Electoral por supuestos actos anticipados de campaña.
La negra realidad para el panismo es que aunque Josefina Vázquez Mota pareciera que será una candidata muy fuerte, va a competir con un partido profundamente dividido, herido y cuyas huestes mexiquenses no sólo la van a dejar sola, sino que van a operar en su contra.
Por ahora con Ulises Ramírez fuera, Ricardo Anaya ha apapachado políticamente al resto de aspirantes, entiéndase Juan Carlos Núñez Armas, José Luis Durán Reveles y Juan Rodolfo Sánchez Gómez, a quienes ha pedido apoyen a Josefina bajo el compromiso de que formarán parte de la burbuja de la excandidata presidencial, y, obvio, en caso de llegar al gobierno ocupar las posiciones más importantes dentro del gabinete.
La película que vive el PAN mexiquense parece tener un guion escrito por una mente brillante y perversa, lo que deja al PRI y a Morena como los más fuertes candidatos a ganar el Ejecutivo local.