CIUDAD DE MÉXICO, 3 de enero de 2017.- La obesidad es un importante problema de salud pública que implica una interacción entre la susceptibilidad genética y la exposición a indicadores ambientales (por ejemplo, la comercialización de alimentos); sin embargo, los mecanismos que vinculan estos factores y contribuyen a una alimentación poco saludable no están claros.
Señala El Economista en su portal que cerca de un tercio de los anuncios que los niños ven en la televisión son de comida y cada uno es un mensaje para comer, esto ha representado una alerta para los investigadores quienes hoy han encontrado que los niños con un riesgo genético para la obesidad tenían una mayor actividad en los centros de recompensa del cerebro al ver comerciales de comida rápida.
Estos estimulan desproporcionadamente los cerebros de los adolescentes con sobrepeso, incluyendo las regiones que controlan el placer, el gusto y la boca, por lo que los investigadores del Dartmouth College realizaron un estudio, el primero de su tipo, que investiga cómo un gen clave de la obesidad influye en la respuesta cerebral a los anuncios de alimentos y otras señales para comer.