
El reverso de la moneda – Tacos y Poder: La Triste Comedia de la Política Mexicana
Han transcurrido más de 19 meses desde el inicio de la ofensiva en Gaza, y el mundo comienza a comprender que la violencia no puede ser la respuesta a la violencia. El conflicto se desencadenó tras un ataque de la organización Hamás, que resultó en la muerte de numerosos ciudadanos israelíes. Si bien la comunidad internacional condenó dicho ataque y reconoció el derecho de Israel a defenderse, la respuesta ha sido desproporcionada, violando el derecho internacional y provocando un desplazamiento masivo sin precedentes.
El problema radica en que la violencia en Gaza afecta principalmente a civiles. Organizaciones como Human RightsWatch y Amnistía Internacional han denunciado que los ataques del ejército israelí han tenido como objetivo vecindarios densamente poblados por palestinos. Se han documentado ataques directos a hospitales y escuelas, resultando en la muerte de más de 16,000 niñas y niños.
En la concepción moderna de la democracia, no hay lugar para tolerar ataques contra la población civil en nombre de la libertad y la justicia. Es imperativo alzar la voz y afirmar que el fuego no puede ser combatido con más fuego, y que las niñas y niños no deben ser quienes paguen los costos de una guerra.
Actualmente, las fronteras de la Franja de Gaza permanecen cerradas al ingreso de ayuda humanitaria, exacerbando el desplazamiento del pueblo palestino, negando su reconocimiento como Estado y destruyendo su territorio. Esta situación se alinea con la definición de genocidio del jurista polaco Raphael Lemkin, quien señaló que no solo se trata de la aniquilación física, sino también cultural y nacional de un pueblo, atentando contra su identidad cultural.
México, históricamente un país pacifista y defensor de los derechos humanos, ha brindado refugio a quienes huían del nazismo, franquismo y fascismo en el siglo XX. Hoy, debemos alzar la voz por el fin de la ocupación en Gaza y el reconocimiento del Estado Palestino. Asimismo, debemos estar preparados para ofrecer cobijo a los palestinos, como alguna vez lo hicimos con aquellos mexicanos que el mundo nos regaló.