Teléfono rojo
La prepotencia: Hace una semana el próximo funcionario del gobierno de López Obrador, Javier Jiménez Espriú, se metió a una propiedad privada en Texcoco acompañado de asesores y un grupo de hombres y mujeres armados con machetes.
Se trataba de una mina, y la representante de la empresa propietaria, abogada María Azucena Rodríguez, les solicitó que abandonaran el lugar pues no habían pedido permiso para entrar ahí.
Altanero y amenazante, el funcionario de la Cuarta Transformación la encaró:
«Yo soy Javier Jiménez Espriú, próximo secretario de Comunicaciones y Transportes. Dígale al dueño de la empresa que lo voy citar para que me muestre todos los documentos sobre la mina».
La cita será «el día dos de diciembre, les vamos a pedir toda la documentación para que nos demuestren fehacientemente que están en la legalidad
Nos recordó aquel video en que Hugo Chávez castigó a empresarios privados con fulminantes ¡exprópiese!
Con una gran diferencia: Chávez llevaba una década en el poder en Venezuela, y Jiménez Espriú y compañía aún no empiezan a gobernar en México.
¿Con qué derecho invaden propiedad privada al frente del «pueblo bueno» armado con machetes?
Si eso hacen ahora que ni siquiera han tomado posesión, ¿qué no harán cuando tengan en sus manos el poder del Estado?
Una ciudadana con valor y sentido del deber, María Azucena Rodríguez, los hizo retroceder. Pero van a regresar el dos de diciembre a echarle el nuevo poder encima, para que sienta el rigor de la Cuarta Transformación.
Esa fue la amenaza del próximo secretario de Comunicaciones y Transportes. Los detalles de la información, con video incluido, los dio a conocer el periodista Ciro Gómez Leyva, a quien le han llovido insultos en redes sociales.
¿Ese va a ser el trato a los empresarios privados que hagan valer sus derechos ante el poder?
¡Exprópiese! ordenaba Chávez cuando lo hacían enojar… diez años después de haber llegado al poder por la vía de las urnas.
La mentira: para justificar su insistencia en ampliar la base aérea de Santa Lucía y cerrar las obras en Texcoco, como se lo aconseja su amigo y asesor informal, el contratista privado José María Riobóo, Jiménez Espriú dio a conocer un estudio de la Organización de Asociación Civil Internacional (OACI).
De manera tramposa dijo que ese documento avalaba la opción de Santa Lucía.
Sin embargo, en las conclusiones, el estudio de OACI establece: «De entre las opciones presentadas, la más adecuada es la construcción de un Nuevo Aeropuerto Internacional para la Ciudad de México en el emplazamiento de Texcoco, que sustituya completamente al actual y dé respuesta a los planteamientos estratégico que el gobierno mexicano ha considerado para el proyecto».
De Santa Lucía, Jiménez Espriú leyó la parte del estudio que dice que tiene buen clima, visibilidad y con trayectorias compatibles con el actual aeropuerto.
Pero el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes s brincó la página siete del documento, que dice: «Se trata no sólo de que ahora absorba la demanda no atendida del AICM, sino de que en un horizonte de 30 años sea quien lo sustituya por completo. Santa Lucía es claramente insuficiente».
Comentario final: hace más de un mes argumentamos en este espacio que Javier Jiménez Espriú no debe ser secretario de Comunicaciones y Transportes por su abierta colusión con el contratista José María Riobóo para dinamitar el proyecto de nuevo aeropuerto en Texcoco.
Ahora se suman dos razones más: su prepotencia y sus mentiras.
Si lo confirman en el cargo, es anuncio de lo que viene.