
Aprueban 93 Cabildos reforma judicial local
TOLUCA, Edomex, 2 de junio de 2020.- Entre cada luz roja Jorge Armando se acerca y camina entre los autos, ofreciendo en venta botellas de agua, las cuales ahora representan su único ingreso, pues la emergencia sanitaria por Covid 19, lo dejó sin trabajo.
Con una pequeña hielera y un letrero donde cuenta su situación y pide apoyo a la población, Jorge, desde hace un mes con 20 días, pasa 8 horas diarias en el paradero frente al hospital veterinario, buscando el sustento para su familia, la cual se compone por su esposa Ivonne y sus dos pequeños Jorge Amando y Lupita.
Las medidas municipales para enfrentar la contingencia en la capital mexiquense, lo obligaron a que cerrara de manera indefinida su dulcería, la cual forma parte de las alacenas ubicadas en los portales de Toluca.
A pesar del temor que tiene por el incremento de contagios de Covid 19, Jorge no tuvo otra opción más que salir a las calles, pues aunque en un inicio siguió las recomendaciones de quedarse en casa, la necesidad lo orilló a ingeniar cómo llevar alimento a su familia.
“Es desesperante, por eso decidí salir a las calles a vender, aunque sea para sacar para los niños, uno como grande como sea se puede aguantar, pero ellos no… creímos que iba a pasar rápido, nos quedamos como 10 días en la casa, dijimos no hay problema, pero pues no”, expresó.
Pero Jorge no sale solo a vender, ahora su hijo lo acompaña, quien al ver la desesperación de sus papás por las bajas ventas que ha tenido desde la semana pasada, pidió lo dejaran ayudar vendiendo mazapanes, los cuales ofrece alegre y él asegura le gusta lo que hace.
El vendedor reconoció que mucha gente se ha mostrado solidaria apoyándolos comprando o dando unas monedas, sin embargo, no falta quien ha tratado mal a su hijo, diciendo que solo es usado, lo cual aseguró no es así y que su labor es honesta, pues no tiene otra opción de empleo.
Además, relató que los pocos ahorros con los que contaba los invirtió en mercancía para el Festiva 2020, lo cual perdió, pues la mayoría de sus productos ya no sirven. Por ello, ante la reactivación tendrá que buscar un préstamo o apoyo para no perder la alacena en la que ha trabajado por más de 15 años.