Libros de ayer y hoy
Pocas veces habíamos leído un pronunciamiento tan oportuno y claro del sector privado ante unas elecciones cruciales para México. Los candidatos presidenciales no pueden ignorarlo.
No piden privilegios ni canonjías, sino compromisos concretos para trabajar en paz.
Para que en un país haya empleo tiene que haber inversión: eso le corresponde fundamentalmente al sector privado de la economía. Y para que alguien arriesgue su capital y haya inversión tiene que haber condiciones de estabilidad y certeza: eso le corresponde al gobierno.
Por eso es importante que la IP solicite claridad en los proyectos. El país no está para sorpresas ni ocurrencias. Vengan las cartas sobre la mesa.
Los organismos agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial convocan “a los candidatos presidenciales que piden confianza al sector empresarial, a que expliquen con precisión el modelo económico que impulsan”.
Nada de ambigüedades. No se puede decir que únicamente se va a combatir la corrupción (lo que es aplaudible), cuando durante una década se ha anunciado que van a “cambiar el modelo económico del país”. Muy bien, explíquenlo y no escondan el proyecto bajo el reboso.
Los empresarios “pedimos un pronunciamiento contundente en favor de una economía abierta y competitiva globalmente”.
A ver, ¿siguen estando Morena y el PRD en contra de la apertura comercial?
Tanto López Obrador como el PRD fueron enemigos declarados del Tratado de Libre Comercio, al grado de que sus más representativos dirigentes hicieron giras por Estados Unidos para convencer a los congresistas de ese país que no firmaran un TLC con México.
Ambos, Morena por un lado y PRD por el suyo, pueden ganar la presidencia en julio. Digan que estaban equivocados, o reafirmen su postura contraria a la apertura comercial, para saber a qué atenernos.
Tercero, y muy importante: “Instamos a los candidatos a establecer un compromiso inequívoco con el Estado de Derecho, condición indispensable para mantener y acrecentar la inversión extranjera”.
Una de las deudas de este sexenio fue con el Estado de Derecho. Se dejó hacer y deshacer a la CNTE que quemó camiones con mercancías de “trasnacionales”. Bloquearon carreteras, asaltaron empresas privadas e impidieron proyectos productivos y extraordinarias plataformas de desarrollo como son las Zonas Económicas Especiales.
Gran parte de la desigualdad regional del país se debe a la falta de Estado de Derecho, y eso le corresponde al gobierno. ¿Qué van a hacer los candidatos en ese renglón? Se comprometen a hacer cumplir la ley o no (empezando por ellos mismos).
Los empresarios “demandamos a los candidatos certidumbre jurídica para el cumplimiento de los contratos de inversión en todos los sectores, incluido el energético, así como la continuidad de los proyectos de infraestructura estratégica como el nuevo aeropuerto de la CDMX y otros en desarrollo”.
Basta de ambigüedades de parte del candidato puntero en las encuestas. No puede mandar decir un día que respetará los contratos derivados de la reforma energética, y al día siguiente estallar en una plaza pública y mandar “al carajo las mal llamadas reformas estructurales” (Saltillo).
Y si gana la alianza del PRD la presidencia, ¿va a impulsar la derogación de la reforma que combatieron? ¿O su alianza con el PAN los hizo cambiar de opinión? Claridad, señores.
El último punto del pronunciamiento empresarial es un llamado a partidos y candidatos, a gobiernos de los tres niveles, a “respetar escrupulosamente la legislación y las instituciones electorales”.
Ir a unas elecciones y respetar el resultado sólo si le es favorable, es una deslealtad hacia el país. Más aún cuando se amenaza con soltar a un “tigre” contra las instituciones en caso de derrota.
Y, del otro lado, corresponde al gobierno y a las instituciones electorales hacer respetar el resultado de los comicios gane quien gane.
Claridad y certezas piden los empresarios. México no se merece menos. Fuera máscaras.