
El Humanista y el Populista
La jaula invisible es una metáfora que permite problematizar las estructuras formales que operan en las sociedades latinoamericanas para producir obediencia, disciplina y legitimación del poder. A diferencia de mecanismos coercitivos explícitos, los dispositivos que aquí se analizan operan mediante la interiorización de normas que se presentan como incuestionables.
Desde la perspectiva del derecho, esta jaula se compone de los barrotes del formalismo normativo. Corrientes como la teoría pura del derecho de Hans Kelsen sostienen que el derecho debe desvincularse de las ciencias sociales para conservar su carácter autónomo y científico. Este planteamiento refuerza la idea de un derecho cerrado sobre sí mismo, impermeable a la crítica social y a la realidad concreta de la injusticia. Lo jurídico se convierte así en una técnica de legitimación del orden, que oculta su función de conservación del poder.
Autores como Luigi Ferrajoli, pese a sus aportes garantistas, continúan atados a una visión normativa que invisibiliza la dimensión política del derecho. Lo mismo ocurre con Norberto Bobbio, cuya teoría de la democracia formal deja intacta la pregunta sobre quién ejerce realmente el poder y bajo qué intereses. Ambos comparten una confianza en las normas que puede terminar encubriendo las estructuras materiales de dominación.
Por otro lado, la religión, particularmente en su dimensión institucional, también actúa como dispositivo de sujeción. La doctrina, el dogma y la moral son internalizados desde la infancia como verdades absolutas. Esta normatividad religiosa, en conjunción con la jurídica, configura una doble matriz de control que limita la autonomía crítica de los individuos. No obstante, figuras como el papa Francisco han representado una ruptura con esa tradición conservadora. Su compromiso con los pobres, la denuncia de la pederastia clerical, la apertura hacia la diversidad sexual y su llamado a una Iglesia austera muestran que es posible una transformación incluso desde dentro de instituciones dogmáticas.
Frente a esta realidad, se hace urgente una ruptura epistemológica: desnaturalizar los discursos del derecho y de la religión, visibilizar sus efectos disciplinarios y abrir paso a una reflexión que articule libertad, justicia y pensamiento crítico.
De esta forma se abre una ruta a la liberación y a la construcción de un derecho al servicio de la libertad y la justicia social, impulsado por un pensamiento crítico transformador.