
Aprueban 93 Cabildos reforma judicial local
MORELIA, Mich, 18 de enero de 2017.- El hecho fue que un estudiante de 16 años baleó a una maestra y a tres de sus compañeros en un colegio del sur de Monterrey, luego se disparó con una pistola calibre 22. Fue en una escuela privada de clase media alta.
La primera lectura, es que se trata de un hecho que de manera parecida se ha dado en Estados Unidos, donde suponemos tienen una cultura distinta e incluso mucho mayor facilidad de obtener un arma de fuego. Es decir, las influencias culturales son comunes, sobre todo en instituciones educativas particulares donde se educa con parámetros diferentes.
El segundo punto, es que estamos totalmente invadidos de la cultura de la violencia, tanto de la Unión Americana como de México. Los valores humanos se han dejado de lado, pero sobre todo, a veces se confunde la realidad con la fantasía, y no se tiene conciencia de los que se hace y de lo que ocurre.
Tercero: pudo tratarse de un adolescente con demasiados problemas personales muy ocultos, y quizá con alguna enfermedad mental. O bien, preso de un estado emocional totalmente alterado por algo que le dio demasiada importancia.
Cuarto: Más allá del morbo, como sociedad debemos solidarizarnos con los familiares del adolescente y de la maestra y compañeros lesionados. Es un hecho lamentable, porque sin duda vivimos tiempos de degradación social. Es casi seguro que el adolescente que se quitó la vida es también víctima de lo que ocurría en su entorno.
Cinco: México requiere de recomposición social. Durante décadas el país ha tomado un rumbo equivocado en todos los ámbitos, y los niños y adolescente no están a salvo, aunque se trate de un hecho totalmente aislado, al menos en apariencia.