Balazos en el pie
Desmembrar el sistema que ha imperado en México durante casi 90 años y el centralismo para hacerlo empieza a generar inconvenientes para el presidente, Andrés Manuel López Obrador; la libertad de expresión, la falta de seguridad personal y la toma de decisiones unipersonales han generado molestias que en otro tiempo eran impensables para un mandatario.
No es extraño que, a falta de seguridad del Estado de Mayor Presidencial, cualquier ciudadano acuda a buscar a su hotel, casa u oficina al presidente, como sucedió en San Luis Potosí, en donde La Mayoría Silenciosa acudió para solicitar le resolvieran un problema, cosa que causó la molestia del López Obrador. Esto le pasa a cualquier presidente en un municipio y sale a resolver los problemas de su comunidad, sin importar la hora que sea; quienes no quieran ser molestados, en algunos casos, usan policías afuera de su domicilio, pero el presidente tuvo que salir a dar la cara en tono molesto.
Ante la toma de decisiones, la responsabilidad recae solamente al presidente, pues él ha dejado en claro que es quien toma las decisiones de manera unipersonal; incluso, hay casos en donde ha ido en contra de las decisiones de sus secretarios o de la lógica profesional y ética de un funcionario. El arcaico presidencialismo ha regresado y ante La Mayoría Silenciosa sólo hay un responsable, el presidente.
Pero algo que difícilmente cambiará Andrés Manuel es la libertad de expresión, en donde pretende que los medios de comunicación callen las anomalías de su administración, cosa que no puede ser, porque sus líneas editoriales así lo marcan; su fortaleza es su libertad para hablar de los temas que gusten, su profesionalismo marca que están para criticar el poder y exhibir las cosas que están mal.
Aunque hay muchos casos en donde los medios callan, ante la imposibilidad de sostener económicamente sus empresas, pero lo hacen por convicción propia, otros actúan de manera inequitativa, critican un gobierno, pero callan en los estados y disfrazan, con ello, su dizque libertad de expresión.
Lo extraño de Andrés Manuel López Obrador, después de tantos años en la política, es que pretende cambiar un sistema y no aguanta las consecuencias de ello, tantos años en la brecha y tiene la piel muy delgada, quiere transformaciones y no respeta las reglas, ni el Estado de Derecho; con esa congruencia no se puede ayudarlo.
Si quiere que algún medio se porte como su amigo, pues que lo trate como amigo; porque en la jerga política es bien sabido que no paga con reciprocidad la amistad política, ni ayuda a los aliados que lo ayudaron a subir, pocos son sus amigos beneficiados con su lucha, todos los demás deben ayudarlo, porque es su obligación. Y así no se puede.
En Morena
La exposición mediática, con alcances de futurismo electoral, que ha iniciado el senador Higinio Martínez sólo tiene una finalidad, ver qué le toca del pastel en la próxima elección de gobernador; su intención de posicionarse desde ahora ante el electorado como una carta fuerte para competir por la gubernatura, dejando de lado a la super delgada, Delfina Gómez, no quiere decir que cuenta con el apoyo del Andrés Manuel López Obrador.
Más bien, está trazando la ruta política para ser tomado en cuenta por quién sea el futuro candidato al Estado de México por el partido Morena; Higinio bien sabe que la decisión es del presidente y, a pesar de contar con el respaldo del gobierno estatal y otras fuerzas políticas para ser un candidato a modo, su mala fama le impide ser un aspirante serio para quitarle el poder al PRI-Grupo Atlacomulco. Veremos qué opina Andrés Manuel, ya que la ruta todavía es larga para tomar esa decisión.
En EdoMéx
La ‘cantifleada’ cometida por el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, con respecto a la cuenta en euros en Andorra, en donde primero negó y después aceptó la situación, debe poner en alerta a su aparato de comunicación social, que encabeza Jorge Alberto Pérez Zamudio, porque esto apenas es una muestra de los ataques que recibirá el Ejecutivo estatal, que hasta ahora se ha mantenido a la sombra y fuera de todo foco para evitar ser dañado en su imagen pública.
Si bien es cierto que del Mazo ha sido criticado por la inseguridad que priva en el estado y su falta de trabajo en todo el territorio mexiquense, cosa que puede remediar en el futuro, pero la corrupción económica exhibida lo puede poner contra la lona en una carrera política que apenas empieza; de entrada, La Mayoría Silenciosa todavía no lo tiene en buena estima.