
Supervisarán Arquitectos mexiquenses obra pública
TULTEPEC, Edomex., 12 de junio de 2025.-“Muchas gracias por todo lo que nos enseñaste y forjaste, descansa en paz caminante. Tu legado siempre seguirá adelante. Te amo papá”, así se despidió Miguel Cortés, hijo de don Alejandro Cortes Urban un artista de la pólvora y un padre de familia ejemplar que perdió la vida en su tierra natal haciendo lo que más le gustaba.
Hoy Tultepec llora la muerte de Don Alejandro, un hombre trabajador, un consejero, un amigo para los desconocidos y un mexiquense que amaba su trabajo, sabía que su vida estaba en riesgo, pero la necesidad y la alegría de ver a su familia feliz, lo impulsaban a llevar su empresa de “Pirotecnia el Caminante” a lo más alto.
Amigos y clientes recuerdan a don Miguel como un hombre honesto, responsable, integro de carácter fuerte, trabajador y profundamente entregado a su familia, para él la familia siempre estuvo primero.
Su sobrino Carlos Alberto Hernández Flores, expresó “Hoy lo despedimos con el corazón en la mano, pero también con la certeza de que su legado seguirá vivo entre nosotros. Alejandro no solo fue un pilar de su familia y del gremio pirotécnico, sino también un digno hijo del gran maestro Javier Cortés, quien hace algunos años también partió de este mundo. Hoy, padre e hijo se reencuentran en paz”.
“Hoy se apagó una estrella, realmente no es un adiós si no un hasta pronto, hiciste mucho en esta vida y enseñaste a muchos a iluminar el cielo, ahora tu formarás parte de él y serás una luz más, quedaras marcado en cada uno de tus hijos, nietos, bisnietos, amigos y en el corazón de tu mujer. Agradezco poder contar con sus consejos y lo que llegue a convivir se quedara en mí, no tenía palabras para expresarlo pero en verdad dolerá su ausencia, descanse en paz abuelito Alejandro Cortes Urban” así lo despidió uno de sus nietos en redes sociales.
Este accidente no sólo cobró la vida de Don Alejandro, también ha dejado a todo un pueblo consternado, por que el trabajo de la pirotecnia siempre es señalado y mal pagado, quienes arriesgan su vida lo hacen ante la necesidad en la que crecen, muchos ven en ella un camino de superación.