
Cambios en la feria patronal, decisión acertada por seguridad en Ecatepec
Donald Trump posteó en su red Truth Social: «No es políticamente correcto utilizar el término cambio de régimen, pero si el actual régimen iraní es incapaz de volver a hacer a Irán grande, ¿por qué no habría un cambio de régimen? ¡¡¡MIGA!!!», Make Iran Great Again (Hacer Grande a Irán de Nuevo).
Para entender a qué se refiere Trump con un cambio de régimen, nos debemos remitir a la relación Estados Unidos: Irán, nos dice Ruhi Ramazani, en https://uvamagazine.org/articles/ que: “Para resistir las presiones imperialistas británicas y rusas, el gobierno persa estableció relaciones diplomáticas con Estados Unidos en 1883.
Parviz Mina en https://www.iranicaonline.org/articles/oil-agreements-in-iran, nos cuenta que: En 1901, el shah Mozafar al-Din concedió al británico William Knox D’Arcy derechos exclusivos para explorar y explotar petróleo durante 60 años, a cambio de un pago inicial y solo el 16% de las ganancias netas para Persia, esa concesión dio como resultado la fundación de la Anglo-Persian Oil Company (después Anglo-Iranian Oil Company, AIOC), bajo control británico, que generó fuertes resentimientos en la población por lo inequitativo de la relación.
En 1935, bajo el gobierno del Shah Reza Pahlavi, Persia cambió de nombre a Irán (Tierra de Arios) buscando fortalecer el sentimiento de pertenencia de las diversas etnias del país, así como una conexión con las raíces compartidas entre ellas, a fin de lograr la unidad.
En 1941, durante la II Guerra Mundial, británicos y soviéticos invadieron Irán, aun cuando éste se había manifestado neutral, para garantizar el suministro de combustible en el llamado “corredor persa”; el Shah Reza Pahlavi fue depuesto por su supuesta inclinación con el Eje, y los aliados colocaron en su lugar a su hijo, Mohammad Reza Pahlavi, de 22 años.
Al final de la guerra, la Unión Soviética demoró el retiro de sus tropas del norte de Irán y apoyó movimientos separatistas en Azerbaiyán. El presidente Truman, exigió la retirada y amenazó con sanciones; en 1946 Stalin ordenó la evacuación militar. Jan D. Walter en https://www.dw.com/es/ee-uu-e-iran-de-aliados-a-enemigos-historicos, considera a esta “crisis irania de 1945-46 como un catalizador temprano de la Guerra Fría, pues marcó la decisión americana de contener la expansión soviética”.
A fines de la década de los 40s, se exacerbó la indignación generada desde principios de siglo, por las injustas condiciones de la concesión petrolera británica. En 1951, el primer ministro Mohammad Mossadegh, respaldado por el Parlamento iraní (Majlis), aprobó la nacionalización de la industria petrolera, expulsando del país a la AIOC (anglo-Iranian Oil Co.) y asumiendo el control estatal. Esta decisión fue celebrada por la ciudadanía de aquel país, pero provocó la confrontación con el Reino Unido, que impuso un “boicot internacional” al crudo de dicha nación, presionando su economía y dirigiendo acciones para desestabilizar al gobierno de Mossadegh.
La administración del presidente Truman se resistió a intervenir contra un líder democrático como Mossadegh. Sin embargo, esta postura cambió con el gobierno de Dwight D. Eisenhower y en agosto de 1953 se verificó el “golpe de Estado” orquestado por la CIA con apoyo del MI6 británico, logrando la destitución de Mossadegh y el regreso del Shah Mohammad Reza Pahlavi quien había abandonado el país durante la crisis y regresó al poder instaurando una monarquía autocrática. Washington proporcionó asistencia financiera y militar al “nuevo” gobierno iraní, que se alineó con Occidente en plena Guerra Fría. En 1954 se estableció un nuevo “consorcio petrolero internacional” y el control efectivo quedó en manos de compañías de EE.UU. y Reino Unido; aunque en el papel se reconocía la soberanía iraní, en la práctica, Occidente retuvo su influencia sobre la producción y comercialización del hidrocarburo.
El Shah Mohammad Reza Pahlavi, firme en el trono, se unió al pacto anticomunista de la Organización del Tratado Central (CENTO), respaldó a Estados Unidos en la ONU y fungió como aliado pro-occidental en un Medio Oriente muy complicado. Por su parte, la Unión Americana, garantizó la seguridad del régimen del Shah, proporcionándole ayuda para el desarrollo económico y suministro de armamento. Esa alianza trajo estabilidad para los mercados e ingresos para Irán; así, los famosos “petrodólares” permitieron al Shah proyectar en 1963, un programa de modernización económica y social conocido como la “Revolución Blanca” que incluyó una reforma agraria, la nacionalización parcial de algunos sectores productivos, el voto a las mujeres, programas de alfabetización rural y otras reformas orientadas a evitar la gestación de algún levantamiento comunista.
Bajo los presidentes John F. Kennedy y Lyndon Johnson, se alentó al Shah a emprender reformas para contener potenciales revoluciones. A la par, el régimen de Reza fue tornándose autoritario y represor; Karim Sadjadpour https://time.com/magazine/south-pacific/5691730/october-14th-2019, narra en la revista TIME, que, con la participación de los servicios de inteligencia americano e israelí, se creó el cuerpo de policía secreta SAVAK para combatir la resistencia interna, con métodos como la tortura, las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales de opositores políticos. Cualquier muestra de oposición, era vigilado y frecuentemente silenciado. Un ejemplo fue la persecución al clero chiita disidente: el ayatolá Ruhollah Jomeini, ardiente crítico de las reformas “profanas, laicistas” y la subordinación a EE.UU., fue arrestado y exiliado en 1964 tras denunciar públicamente al Shah. El régimen Pahlavi alcanzó niveles de prosperidad y poderío militar inéditos, como ejemplo, en 1975 Irán tenía el quinto ejército más grande del mundo, equipado casi en su totalidad con armamento estadounidense, sin embargo, esos logros se obtuvieron a expensas de las libertades civiles y políticas. La concentración de la riqueza petrolera en la élite, la corrupción y la represión, alimentaron un creciente descontento en diversos sectores de la sociedad iraní que serían factores decisivos para el futuro inmediato de dicha nación.
CONTINUARÁ