Balazos en el pie
La desgracia cayó sobre los elementos de la Marina la noche del sábado y la madrugada del domingo, cuando fueron víctimas de tres emboscadas sucesivas en el norte de Tamaulipas por parte de sicarios, de esos que gozarán de amnistía en caso de ganar López Obrador.
El primer ataque ocurrió en Nuevo Laredo, el sábado en la noche, cuando una patrulla de marinos fue atacada a balazos desde vehículos en marcha: tres marinos fueron heridos y un delincuente muerto.
Al acudir en auxilio de los heridos, otra patrulla que salió de la Base de Operaciones era esperada para ser emboscada por sicarios, quienes mataron a un marino e hirieron a otros seis.
Una tercera patrulla salió de la Base de Operaciones de Nuevo Laredo y corrió la misma suerte: los sicarios les esperaban para ametrallarlos, aunque el fuego fue repelido de manera eficaz por los elementos navales. De cualquier manera, el saldo fue de cuatro marinos heridos y tres delincuentes abatidos.
Bueno, ante ese ataque brutal y cobarde preparado y perpetrado contra marinos que son tan mexicanos y honestos como la mayoría de la población, un candidato presidencial promete amnistía para los asesinos.
¿Tiene idea López Obrador de lo ofensiva que resulta su propuesta para las Fuerzas Armadas?
Marinos y soldados combaten a delincuentes que no tienen piedad ni miramientos para acecharlos en la noche y dispararles con fines homicidas, y lo hacen con armamento poderoso, caro, en camionetas de elevado costo… ¿y los van a perdonar porque los asesinos son “hijos del pueblo”?
Los marinos también son pueblo, y patrullan ciudades para proteger a la población del embate de sicarios perfectamente entrenados y pagados para matar, secuestrar y extorsionar.
Que no nos venga López Obrador con el cuento de que son sicarios porque no son becarios del Estado.
Siempre hay la posibilidad de decir que no a la invitación a enrolarse a las filas de grupos criminales dedicados a matar, torturar y secuestrar.
Nadie se ha muerto de hambre por no convertirse en sicario o secuestrador.
A otro ingenuo con ese cuento. De lo que se trata es de ganarse el apoyo de la base social de los criminales, de sus parientes y de ellos mismos.
Se trata da transitar y hacer campaña en franjas del país dominadas por grupos de asesinos que ponen retenes en las carreteras locales y rurales.
Mate ahora, secuestre ahora, que no habrá delito que perseguir después si gana AMLO.
Apenas el viernes el almirante Vidal Soberón, secretario de Marina, dijo en una ceremonia de premiación que “soldados, pilotos y marinos no somos criminales ni represores, nunca cobardes ni abusivos. Como lo ha dicho el general Cienfuegos: somos el mismo pueblo”.
Y para ellos no hay perdón. Al contrario, se les estigmatiza y se les calumnia desde el bando de ese candidato presidencial al acusarlos de autores de masacres, cuando lo único que hacen es jugarse la vida en defensa de la ciudadanía.
Criminales que tienen en jaque la seguridad de los ciudadanos, los emboscan, hieren o matan, como este fin de semana en Nuevo Laredo, y para ellos hay promesa de amnistía.
¿Dónde tiene la escala de valores de López Obrador?
O qué escala tiene para decir que los marinos masacran (los acusó de eso luego de los sucesos de Tepic, donde los elementos navales eran atacados desde tejados por francotiradores del cartel Jalisco Nueva Generación), y a los sicarios hay que perdonarlos.
Ese personaje puede ganar las elecciones, y esos criminales no tendrán de qué preocuparse por lo hecho.
Al contrario, tendrán carta blanca para seguirlo haciendo, firmada por el presidente de la República.