Mata cigarro a los que no fuman

TOLUCA, Edomex., 22 de febrero de 2018.- El tabaquismo es la primer causa de muerte evitable, seis de cada ocho muertes es a causa de enfermedades por tabaco y, en México cada nueve minutos muere una persona por esta adicción.

Juan Wolfgang Zinser Sierra, presidente del Consejo Mexicano contra el tabaquismo, añadió que por cada persona muerta, 30 sufren de las enfermedades consecuencias del tabaquismo, «ya que permanecen con oxígeno, no pueden subir escaleras, están confinadas a una vida llena de complicaciones, como problemas pulmonares o cáncer».

Asimismo el fumar causa envejecimiento prematuro, el doctor explicó que una microvida representa 30 minutos, por lo que fumar una cajetilla quita 10 microvidas, por ello aumenta las posibilidades de morir hasta en 10 años. «Una persona que fuma, anualmente cumple 16 meses, no 12 meses».

El tabaquismo causa enfermedades secundarias que afectan al corazón, incrementa posibilidad de infarto en menores de 65 años, al pulmón, indicó que para quienes inician a fumar desde la adolescencia llegan los 50 años con reserva pulmonar similar a la de alguien de 75 años y la enfermedad más grave es el cáncer, el cual se ha convertido ya en una epidemia.

El caso de cáncer pulmonar en mujeres ha incrementado considerablemente, incluso ha rebasado el número de casos de cáncer de mama, lo cual Zinser Sierra, dijo se debe a que la industria tabacalera, a través de la publicidad lo ha manejado como algo sexy, sin embargo, causa efectos físicos que dañan a la mujer como las arrugas, el ennegrecimiento facial.

Una de las consecuencias más graves del tabaquismo, dijo el presidente, son las muertes de los fumadores pasivos, «una de cada 10 muertes por tabaco es pasivo, quienes inhalan el humo contaminante también es víctima». Explicó que personas que pasan horas en exposición, sufren infartos, sin embargo no los asocian, asimismo, mujeres embarazadas expuestas tienen el riesgo de tener partos prematuros y que el menor desarrolle cáncer.

La mayoría en los países en desarrollo han creado y acatado leyes estrictas y un mejor control y tener espacios 100 por ciento libres de humo, sin embargo, la industria tabacalera va a donde las normas son más relajadas, donde no se cumple la ley hay corrupción o se puede sobornar fácilmente.

La industria alimenta la adicción a través de la publicidad, bombardeando principalmente a menores y adolescentes, aprovechando la inmadurez y así salvaguardar sus intereses financieros.