Balazos en el pie
José Antonio Meade ganará las elecciones si da un cambio de fondo a su campaña, y se logran mostrar las virtudes de una persona extraordinaria como es él, y las debilidades de sus oponentes.
Va a ganar si su equipo de campaña sale de la complacencia de que “todo va bien”, porque la realidad es otra. La campaña carece de propósitos estratégicos que nos muestren a José Antonio Meade.
Las fotos en solitario De Meade con Mikel Arriola dan ternura, pero proyectan a dos personajes perdidos en la gran ciudad.
Muy poco de lo que hace Meade tiene fuerza ni nos presenta una opción ganadora. Y lo más importante, no nos muestra al extraordinario ser humano y profesional que es.
Habla de todo, ¿con qué propósito? A veces rudo, otras conciliador, y unas más no es nada. ¿Cuáles eran los objetivos? Al menos desde afuera no se ve que los eventos del candidato sean parte de una estrategia.
Su campaña no tiene sustancia. Ni hay tres o cuatro ideas centrales que definan al candidato, sobre las cuales insistir en su discurso, que lo deslinden de lo malo del pasado y proyecten un futuro alentador.
La campaña va mal, aseguran implacables hasta quienes nada tienen de lopezobradoristas, como queda claro en programas de televisión que abordan el tema electoral. Por algo será.
Meade va a ganar si aglutina en uno solo a los tres PRI que existen actualmente.
Está el PRI-PRI, el PRI de Nuño y el PRI del candidato. Cada quien tiene sus equipos, sus propias encuestas, que por cierto no se las comparten entre ellos.
Por los enredos entre esos entre esos tres PRI se hizo un tiradero en Chiapas, y quizá pierdan ese estado que fue un manantial de votos para la alianza PRI-Verde.
Es obvio que necesita que haya un solo PRI y una sola línea.
Dentro de esos tres PRI se están destrozando. Y de ahí salió la absurda idea de que a Meade lo iban a relevar, cosa que es imposible.
Es de dentro de esos tres PRI de donde han salido golpes bajos a Osorio y otros personajes emblemáticos del priismo.
Meade va a ganar si tropiezan López Obrador y Anaya, lo cual no es difícil.
Anaya porque él es una gran interrogante, y le van a revivir todos los cadáveres políticos que creía enterrados. En los hechos, ya comienza a ocurrir.
Y AMLO porque no crece en la intención de voto a pesar de que lo conoce casi el cien por ciento de la población. Miente a destajo, como decir que Claudio X le pidió a Peña Nieto en una reunión privada que se robara las elecciones. ¿Estuvo él en esa junta? ¿Se lo confió el presidente? ¿O se lo dijo Claudio X? Miente todos los días. Ya no crece.
Falta que ocurran acontecimientos importantes de aquí a la elección. Lo que suceda de ahora a julio es imprevisible por los debates, los tropiezos, los aciertos, los esqueletos en el clóset. Claro que puede ganar Meade.
José Antonio Meade va a ganar si corrige drásticamente su campaña, que va mal, aunque le digan que todo está muy bien.
No es posible que en estos dos meses de campaña no hayan podido mostrar las enormes cualidades de Meade.
Va a ganar si logra formar un equipo que lo proyecte como es. Y que explote las virtudes de un mexicano ejemplar como hace muchos años no teníamos en política.