No es la intervención rusa, sino la de EU

Tengo mis sospechas.

¿La intervención rusa es parte de una trama que intenta desestabilizar la democracia en el país o parte de una guerra sucia que no da resultados?

Donald Trump cada vez le agrega más radicalidad a su verborrea, tanto que en la última conversación que sostuvo con nuestro presidente, Enrique Peña Nieto, fue tanta su terquedad con saber cuándo pagará México su dichoso muro que nuestro gobierno decidió aplazar su visita a nuestro país.

La escalada retórica tiene, de acuerdo con mi vena conspiranoica, un origen: Trump quiere que gane Andrés Manuel López Obrador.

¿Que qué? ¿Cómo? ¿Por qué?

La respuesta es sencilla, si Andrés Manuel López Obrador ganara le permitiría a Trump tener al villano perfecto para acentuar su retórica, ellos vs nosotros.

Si el chaparrito tabasqueño ganara, el “güerito” abandonaría su papel de presidente irascible, terco, necio y aferrado para cederlo a uno más quemadito por el Sol.

AMLO generaría una alarma nacional en Estados Unidos, que le ayudaría en su cruzada de petición de fondos para la construcción del muro.

De acuerdo con la historia no escrita oficialmente, nuestro vecino del norte siempre conspira para que gane aquel presidente que le es más cómodo.

No permitirá que en su patio trasero se inocule el veneno del comunismo y socialismo, por eso es que México no ha tenido un solo presidente con una retórica agresiva y menos vinculada al comunismo.

Lo cierto es que a nuestro vecino le conviene ahora mismo un Estado de rebelión en su país, porque es justamente que durante esos momentos convulsos que los grandes países obtienen mayor ventaja para sus intereses.

Y está claro que Estados Unidos ya detectó que el candidato de Mona es quien romperá con el status quo de su país.

Su énfasis por mantener un discurso antisistema lo hace el candidato perfecto para darle oxígeno a un Trump cada vez más acorralado.

AMLO profundizará el quiebre entre México y Estados Unidos, ya que deberá mantener su papel defensor de la raza de bronce ante agresiones externas y estará en la obligación de responder en un cierto nivel.

Porque los ataques verbales del vecino del norte no cesarán, al contrario, se incrementarán y el país vecino se pondrá cada vez más altanero, lo que creará el escenario perfecto para que Donald Trump encuadre su idea del villano favorito.

Ante este escenario, la ruptura del TLC será más fácil y justificable, porque Canadá y Estados Unidos tendrán a un México poco colaborativo, con un “presidente que simpatiza con el comunismo y que (evidentemente) defiende y promueve la izquierda antidemocrática”. Ese será el encuadre de nuestros vecinos gringos.

Creo, sin duda alguna, que es el país vecino quien está dispuesto a colaborar para que AMLO gane, a como dé lugar, las próximas elecciones.

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