
Avanzan Ley de protección a periodistas en Edomex
Poco después de la toma de protesta como gobernadora (16 de septiembre del 2023), vino junto con Delfina Gómez una marea de nombramientos interesantes, uno que llamó la atención fueron los asignados en la Contraloría estatal, polémico el que fuese asignada Hilda Salazar Gil, ya que sus credenciales no la “colocaban» como la figura adecuada para hacer cumplir la sobada frase de campaña de la maestra sobre el atacar la corrupción de la familia priista representada por Alfredo del Mazo y Alejandra del Moral… el tiempo nos ha dado la razón y podemos afirmar que la gran amiga de la maestra, la contralora Salazar no es en lo absoluto un perfil determinante como para pensar que a la bola de ladrones del pasado se les fue “el sueño y el hambre» ante el temor de ser castigados.
Otro de los nombramientos, en la misma Contraloría fue la de Luis David Fernández a quien se le bautizó como el “contralor de hierro”, un mote muy futbolero y pegajoso, que mostró dientes y deseos de hacer que los corruptos pagaran… y bastó poco más de un año para que fuese este personaje el que se retirase en medio del más absoluto secretismo y peor, sin ningún tipo de explicación sobre el destino de sus tareas avanzadas, las cuales, para los que le dimos seguimiento, significaban varias miles de denuncias e investigaciones que prometían cimbrar el vetusto aparato político del PRI en el Estado de México.
La mordida de la realidad es brutal y acomoda a los ilusos y vendedores de humo en su justa dimensión, por ello es que, a pesar de la parafernalia montada por la gobernadora y su grisáceo gabinete, la entidad sigue ocupando el lugar número 9 en corrupción con una tasa de incidencia de “cochupos” de 25 mil 856 por cada diez mil habitantes. Cifras que dio a conocer hace algunos meses la presidenta del Comité Coordinador del Sistema Anticorrupción del Estado de México y Municipios, Claudia Margarita Hernández, por cierto, datos sustraídos del INEGI.
Y mire que podría llenarlo de gráficas y números, pero no busco que se fastidie, pretendo colocar una señal de alerta en este tema, que desnuda a todo un sistema político lubricado por la corrupción, una que se volvió descarada y mire que los del pasado poseían el secreto del arte del robar sin que la casa se fuese a quiebra, solo que ahora el ser corrupto parecería ser ya una obligación dentro del sistema de gobierno, ser corrupto y gozar de la más descarada impunidad, sin que exista una sola instancia que los detenga, en pocas palabras, se están gastando recursos económicos innecesarios en oficinas que no han hecho que un solo funcionario o exservidor público sea llevado a cuentas, como si estuviésemos en el mundo perfecto y funcional del país.
El costo de la corrupción por ciudadano en la entidad ascendió a 3 mil 800 pesos, mientras que el costo total a consecuencia de la corrupción por pagos, trámites o solicitudes de servicios, fue por 11 mil 910 millones de pesos (3 mil 368 pesos por persona) ¿por qué no tenemos en el banquillo de los acusados a los no pocos promotores de estos números?, si la cifra de los 11 mil 910 millones de pesos producto de trámites, pagos o solicitudes existe, ¿cómo es posible que este sangrado no sea intervenido con la seriedad que arroja una promesa de la gobernadora?
Una sola verdad pesa en esto: todo el discurso de Hilda Salazar sobre el combate a la corrupción representa la mayor tomada de pelo del que se tenga memoria, pues ni ella, ni la podrida fiscalía mexiquense podrán hacer bien su trabajo, mientras su mayor bandera sea la del dinero o intercambio de favores.
Insistimos, no es con personajes grises o con promesas rotas de campaña como se devolverá la confianza de las y los mexiquenses en sus instituciones. ¿Quieren gritarnos que nos equivocamos en nuestras opiniones? Háganlo con hechos, porque el tiempo sigue avanzando.