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TEXCOCO, EDOMEX., 21 de octubre del 2016.- Pedro Méndez Méndez, eran un niño de sólo seis años, que acompañaba a su papá, “Tlachiquero” de San Luis Huexotla Texcoco, a raspar los magueyes, “un día mi padre me dijo, ahí espérame, no te vayas a ir por que va a venir “el Hichs” y te va a comer.
“Hichs”, era como le llamaban el gusano del maguey, ya sea el rojo del tronco o el blanco de la penca, ahora más conocido como Chinicuir, “yo no me moví de ahí, tenía miedo, hasta que llego mi padre y regresamos”, cuenta Don Miguel Méndez, quien desde hace 40 años tienen un pulquería en San Luis Huexotla, conocida como “La Cabaña del Hichs”, en donde platicó a los poetas indígenas su anécdota que lo llevó a establecer su negocio con el que busca reposicionar la llamada “bebida de los dioses”, entre las nuevas generaciones.
En este lugar se conversó sobre la historia del pulque, asociada a la cosmogonía Náhuatl de Texcoco, en donde la diosa Mayaguel, fue arrebatada por Quetzalcoatl del segundo cielo, para convertirla en dadora de vida y alimento, para que los hombre tuvieran la forma de adorar a sus dioses, para alabarlos y cantarles.
Por ello el pulque estaba destinado para los hombres mayores de 52 años, por ser quienes ya habían vivido y tenían la conciencia y experiencia para poder saborear l bebida, para tener derecho a gozar de la ceremonia ritual que significaba tomar pulque y sentir la deliciosa embriaguez.
Atentos los poetas indígenas como el Guatemalteco Maya Tzutu Baktun Kan, la indígena Finlandesa Inger-Mari Aikio-Arianaick, la Noruega Marry Ailonieida Somby, -Isaac Díaz Sánchez de Metepec, hablante de Otomí, Fausto Guadarrama de San Felipe del Progeso, estos dos últimos del Estado de México; quienes escucharon el valor místico del pulque.
Rossana Espinoza, historiadora Texcocana, fue la guía que por la mañana los llevó a un recorrido por la zona arqueológica de San Luis Huexotla.
La Cabaña del Hichs, es un lugar para degustar y disfrutar del pulque, en donde la persistencia de 40 años ha llevado a este lugar a familia que disfrutan del agua miel, pulque o curados del pulque, que puedes saborear acompañado de deliciosos tlacoyos, quesadillas, chapulines y chinicuiles con sus salsa picante y barbacoa.
Por ello jóvenes de la zona retoman el consumo del pulque y en cualquier hora acuden para toar un jarro con el blanco néctar de los dioses.
Como postre innovador, don Miguel Méndez ofrece a los comensales una deliciosa “Pulcaleta”, es decir una paleta cremosa, elaborada a base de pulque, las hay de fresa, mango, mamey, todas del sabor de los curados que se ofrecen en este lugar, y que sirve para complementar la línea gastronómica regional de la zona de Texcoco.