Por violencia de género Brenda fue a dar al hospital, pide pena máxima para agresor

Toluca, Estado de México; 25 de junio de 2021.- Brenda Jadarely tiene 27 años, hace unas semanas pasó a ser parte de las estadísticas de violencia de género en el Estado de México; como la mayoría de las veces, el victimario fue su pareja sentimental, Víctor Hugo “N”, también padre de su hijo.

El pasado 30 de mayo cerca de las 8 de la noche en el Barrio de San Gaspar, en el municipio de Ixtapan de la Sal, Brenda sufrió una golpiza por parte de su esposo, casi un mes después y luego de que permaneció una semana en el hospital y que fue diagnosticada con traumatismo craneoencefálico y lesiones múltiples, decide alzar la voz y exigir justicia.

La joven hace un llamado a todas aquellas mujeres que son víctimas de violencia q a que no se queden calladas y a que denuncien a sus agresores, sea quien sea: esposos, novios, padres, hermanos, conocidos o incluso, hijos. La violencia en el caso de la familia Gutiérrez Hernández escaló de a poco, primero fueron agresiones verbales, psicológicas, emocionales hasta llegar a los golpes, lo peor de todo señala Brenda, es que el pequeño de 3 años observó la escena.

Relata que justo por las amenazas de Víctor Hugo “N” de quitarle a su hijo fue que se detuvo para denunciar ante el Ministerio Público; sin embargo, luego de tomar terapia psicológica decidió exponer su caso para que otras mujeres no tengan que pasar por el mismo circulo de violencia.

“Que sepan que ellas no son culpables de las agresiones y violencia que se ejerce sobre ellas, que no se callen, que denuncien a quienes les hacen daño, si las empujan, si las agreden que hablen. Apenas un mes después que nos casamos comenzó la violencia, sé que debí denunciarlo, pero tenía miedo”.

Víctor Hugo “N”, de 28 años de edad, permanece en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tenancingo, donde el próximo 2 de julio se prevé que sea sentenciado por el delito de lesiones con modificativa agravante por razón de género. Brenda espera que la sentencia que imponga el juez sea ejemplar, y que el delito no quede impune.