
El gozo por la lectura: aprender de Maquiavelo
El impasse que vive el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Estado de México, lo ha mostrado como un instituto político desinteresado por la competencia real por la gubernatura mexiquense, en donde las dos corrientes con mayor presencia, más que luchar por la nominación buscan asegurar su permanencia en los espacios de poder que les permitan imponer mayor número de candidaturas el próximo año.
Por eso llama la atención que ciertos sectores cercanos al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) muestren interés por convencer al alcalde con licencia de Capulhuac, Eduardo Neri Rodríguez, de que emigre a las filas de Andrés Manuel López Obrador, ya que les aportaría un capital nada despreciable en el Valle de Toluca.
El argumento es que Neri no tendría nada que perder y mucho por ganar; pues el hecho de ser presidente municipal le garantiza llegar con un capital importante, no buscaría garantizar alguna candidatura en 2018, aunque la propia ley le permitirá competir por la reelección con las siglas de Morena.
Neri creció en el PRD aprovechando su condición de alcalde y se separó de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN) que encabeza Héctor Bautista López, cuando se dio cuenta que no entraba en los intereses de dicho personaje para garantizar permanencia como tribu hegemónica en la entidad.
Es evidente que hace algunos meses pocos apostaban porque Neri creciera justo cuando dio a conocer que competiría por la candidatura a gobernador, incluso lo menospreciaron; sin embargo, en este momento es un elemento vital para generar equilibrios dentro del PRD y un capital importante para otras fuerzas partidistas.
Neri Rodríguez ha dicho que el PRD vive momentos clave para tomar decisiones que eviten una mayor debacle en la entidad, donde Nueva Izquierda y ADN ponen en riesgo a su partido por la lucha frontal que exhiben so pretexto de la candidatura en juego.