Teléfono rojo
**Morena debe respetar el derecho a la información y libertad de prensa**
**Del Mazo informa cifras rimbombantes, fuera de la realidad**
Después del primero de julio, el Partido de la Revolución Democrática casi murió, quedó a un paso de desaparecer al unirse con la derecha; ante esta situación la incógnita era cambiar de nombre o refundarse; los perredistas han preferido dejar de lado los resultados y ver hacía adelante, buscarán un líder que los lleve a mejores estadios. La situación no es fácil, ha resultado compleja, no tienen una figura predominante y hay muchos militantes con liderazgo regional, pero no nacional.
Hay muchos grupos pequeños que no representan nada, ‘Los Chuchos’ están desgastados, ‘Los Galileos’ han perdido presencia, ADN tiene a Juan Zepeda, que no es una figura nacional y le falta mucha madurez política para enfrentar la situación nacional del PRD. Sus resultados en la contienda electoral de julio del 2018, en donde compitió por la senaduría en el Estado de México, terminaron con la posibilidad de ser la figura del PRD en los próximos años, pero lo más grave es la confrontación interna que tiene dentro de su grupo con Juan Hugo de la Rosa. Las cosas en el PRD mexiquense están que arden, Héctor Bautista ha hecho un llamado a la cordura y disciplina ante la debilidad del PRD, pero la lucha interna sigue entre el alcalde de Neza, el senador y el líder del PRD, y ahora coordinador de la ‘mini bancada’ del PRD en el Congreso local, Omar Ortega.
Los perredistas no tienen posibilidad de cambiar de nombre, el proceso dura un año y enfrentar una elección intermedia, con sólo unos meses para posicionar su nuevo nombre, es una de las razonas por la que descartaron dejar atrás su logo; la otra es que quedarían fuera de competencia y el próximo año hay elección en 5 gubernaturas, en el 2020 otras más, sería un error no competir, hay que tratar de recomponer el camino desde ya.
En caso de no hacerlo, se corre el riesgo que Miguel Ángel Mancera, quien no es perredista, se convierta en la única figura del perredismo; ya les pasó en el Senado de la República, les puede suceder en el partido y de seguir así hasta en el 2024, en la sucesión presidencial.
En el PRD lo saben y quieren regresar a fortalecer a sus presidentes municipales, a sus líderes regionales, para ellos es importante recobrar su esencia, esa que encabezaba movimientos, que se preocupaba por las causas sociales; el problema surge cuando quieren ser moderados y así será muy difícil competirle a Morena, la bandera de ser el partido de izquierda que encabeza las luchas sociales.
Sin embargo, toda esta lucha nacional pasa por el Estado de México, bastión de ADN que encabeza Héctor Bautista, los grupos perredistas lo saben y buscan sacar provecho de ello, ya que la renovación de la dirigencia estatal también está pendiente; Nueva Izquierda lo sabe, se ha acercado a Omar Ortega para impulsar el relevó de Ana Yurixi Leyva en la dirigencia estatal, pero no tienen lo votos suficientes para que el Consejo Estatal la sostenga. Por lo tanto, solamente puede conducir el PRD durante un mes y convocar para elegir al nuevo dirigente.
Omar Ortega esta jugando las contras a ADN, sabe que solamente hay dos diputados y difícilmente le pueden quitar la coordinación, pero ir en contra de las ordenes del líder, Héctor Bautista, a la larga le puede pesar. Ha hecho todo lo posible para quedarse como líder en el Estado de México, pero muchos ya piden a gritos su renuncia por los malos resultados.
En el PRD viene una reestructuración política, humana y económica, sus prerrogativas serán mucho menores y eso los obliga a despedir gente, a darle menos dinero a los comités, tendrán que hacer política con menos recursos y todo eso impactará en la imagen que La Mayoría Silenciosa se forme de ellos en esta etapa de reconstrucción.
EN MÉXICO
Con la llegada de Morena al Congreso de la Unión y el trato que ha dado el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, a la prensa, viene un cambio en la relación de los medios de comunicación con los entes de gobierno, en donde el respeto no tendrá que ver con la palabra “corazón” o un beso para evadir respuestas, sino en la libertad de expresión y la libertad de información, que están consagradas en la Carta Magna, mismas que los morenistas tendrán que respetar.
El respeto a los derechos consagrados en la Constitución es una demanda de La Mayoría Silenciosa, que la mayor parte de los gobernantes en los municipios, estados, congresos y hasta en el presidente han violado constantemente para evadir su responsabilidad de informar acerca de los temas más sensibles a sus gobernados, y con la llegada del nuevo gobierno es una oportunidad para cambiar.
EN EDOMEX
Escudado en cifras rimbombantes, el gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza rindió su primer informe de gobierno: presumió los millones de becas que entrega, las millones de consultas que se hacen en salud y otras cifras más que ni caso tiene recordar, porque todo corresponde al tamaño del estado que gobierna; al mismo tiempo, debería de decir que es el estado que más violencia sufre, que más robos tiene, que más feminicidios hay, y otros muchos delitos en donde el Estado de México es primer lugar.
La estrategia de comunicación de su segundo informe da risa, ponen a mujeres humildes a decir que han sacado adelante a sus hijos con la Tarjeta Rosa, cual si les hubiera salvado la vida, como si uno no supiera para que alcanzan dos mil 400 pesos bimestrales o mil 200 mensuales; tal parece que su equipo no sabe cuánto cuesta un kilo de huevo, uno de tortillas o el tanque de gas natural. Verdaderamente fuera de la realidad, vaya ayuda que le dan a su imagen, de por sí, deteriorada en su año de ausencia.
Peor aún, hace visitas a programas de televisión y medios que lo tratan con el pétalo de una rosa, pero no enfrenta la rendición de cuentas en su estado o al Congreso local como debe ser. Dice una máxima que el medio con el cual se comunica también es un mensaje, así es que no sería extraño verlo en las revistas de chismes, dando a conocer sus paupérrimos resultados.