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TOLUCA, Edomex., 16 de diciembre de 2023.- Aunque los mexicanos incluimos el yogur griego en el desayuno de todos los días, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) alertó sobre algunas marcas por su alto contenido de azúcares o edulcorantes, ingrediente no recomendado para niños.
De acuerdo con un estudio de calidad realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de 25 productos de yogur griego, tres marcas tienen edulcorantes como estevia, fruta del monje, sucralosa o acesulfame.
Estos sustitutos de azúcar se encontraron en Chobani Zero Sugar Yogurt griego sin azúcar (Estados Unidos), Lala Griego Zero Yoghurt estilo griego sin azúcar añadido (México) y Vitalínea Yoghurt griego sabor endulzado (México).
Según la Profeco, se identificaron también otros problemas en el etiquetado y contenido de algunos productos mexicanos.
En el primer caso, la marca declaró tener 148 gramos, aunque sólo contiene 136. En el segundo, dice tener 120 g, cuando realmente son 111, según el estudio de la dependencia federal.
La marca Yoplait en su presentación natural estilo griego bajo en grasa declara contener 146 gramos y realmente tiene 135.
La marca Onei Yogurt griego natural sin grasa, que declaró 10.1 por ciento de proteína, pero en realidad contenía sólo 3.9 por ciento.
La Profeco también destacó que la marca Onei declaró un contenido de azúcar de 1.4 por ciento, pero en realidad tenía 7.2 por ciento.
Productos como Lala Griego frutos rojos Yoghurt estilo griego con fresa, frambuesa y zarzamora y Lala Griego Natural Yoghurt estilo griego natural, endulzado fueron identificados como los que contenían más azúcares totales, con 17.6 y 12.8 por ciento, respectivamente.
La dependencia del gobierno federal recomendó a los consumidores revisar las etiquetas de los productos, identificar el contenido de grasa, proteína y azúcar que prefieren, así como prestar atención a la presencia de edulcorantes sintéticos que no son recomendables para los niños.
Enfatizó la importancia de verificar el contenido de azúcares, refrigerar los productos para mantener las bacterias vivas y no consumir productos con envases dañados o fuera de la fecha de caducidad.