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TOLUCA, Edomex., 29 de mayo de 2025.– El encino prieto es mucho más que un árbol: es un símbolo de los bosques del suroeste del Estado de México y una especie vital para la biodiversidad regional. Su nombre científico es Quercus hintonii, y aunque pocos lo conocen fuera del ámbito ambientalista, su situación es crítica. Actualmente, este árbol está catalogado como una especie en peligro por la Lista Roja de la UICN desde 2017, y su futuro depende de acciones urgentes para evitar su desaparición.
El encino prieto es endémico del Estado de México, especialmente en los municipios de Amatepec, San Simón de Guerrero, Sultepec, Tejupilco, Temascaltepec y Tlatlaya. Se encuentra en altitudes que oscilan entre los mil 300 y 2 mil metros sobre el nivel del mar, formando parte de bosques mixtos de pino-encino. Estas zonas se caracterizan por tener una estación seca en primavera y lluvias intensas durante el verano.
Sin embargo, su hábitat está siendo destruido por diversas causas: el cambio de uso de suelo, la deforestación masiva y la expansión urbana han reducido drásticamente sus poblaciones. Su distribución ya era limitada, y hoy enfrenta una amenaza aún mayor: la desaparición total de su ecosistema.
El encino prieto es un árbol caducifolio que puede alcanzar los 15 metros de altura, con troncos de hasta 50 cm de diámetro. Su corteza es de un tono oscuro característico, y sus hojas grandes y aterciopeladas le dan un atractivo visual que lo convierte en una opción ideal también como especie ornamental. Su follaje no solo decora, sino que también contribuye al equilibrio del ecosistema donde habita.
Crece principalmente en suelos rojizos y se asocia con especies como Quercus magnoliifolia, Pinus oocarpa y Juniperus flaccida, formando un conjunto vegetal clave para la conservación ambiental del Edomex.
Más allá de su belleza, el encino prieto es valorado por su madera resistente. En muchas comunidades rurales se ha utilizado para fabricar mangos de herramientas, vigas, postes, bancos rústicos e incluso leña. También se ha comprobado su utilidad en la producción de duelas de parquet, muebles finos y barricas para añejamiento.
Estos usos, aunque legítimos, han sido mal gestionados, contribuyendo a la sobre explotación del árbol. Por eso, su aprovechamiento debe ir de la mano con medidas de conservación.
A pesar del escenario preocupante, aún existen ejemplares del encino prieto en su hábitat natural. Algunas iniciativas están apostando por su reproducción en viveros, mediante técnicas como la inoculación con hongos ectomicorrízicos para fortalecer su crecimiento y resistencia. Estos esfuerzos buscan evitar la pérdida total de una especie que representa parte del patrimonio biológico del Estado de México.
Preservar al encino prieto no solo significa salvar un árbol; es mantener vivos los bosques, el suelo y las tradiciones que dependen de él. Su protección debe convertirse en una prioridad para las autoridades, investigadores y comunidades locales.
El encino prieto es una especie endémica del Edomex que enfrenta una grave amenaza por la pérdida de su hábitat. Con un alto valor ecológico, ornamental y económico, su conservación resulta crucial para el equilibrio ambiental del estado. Aún hay ejemplares, pero su futuro depende de la acción inmediata y consciente de todos.