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Dictan a Pedro Luis segunda vinculación a proceso; seguirá preso
Zinacantepec, Edomex, 23 de junio de 2021.- Ser educadora es un sueño que quedó trunco para Litzy Itzel Oro Oro, joven de 21 años originaria de San María del Monte, Zinacantepec, quien dejó sus estudios desde el bachillerato porque los síntomas que le provoca la insuficiencia renal que padece ya no le permiten hacer actividades cotidianas y únicamente está en casa. En los últimos meses la enfermedad ha deteriorado su cuerpo, por lo que un trasplante de riñón es urgente.
A los 15 años le diagnosticaron la enfermedad con la que nació pues sus riñones no se desarrollaron, pero en los últimos meses agravó por lo que se somete a procedimientos de diálisis, los cuales desgastan aún más su cuerpo e incluso la han llevado a dos cirugías por complicaciones.
Al atenderse en el Hospital Nicolás San Juan en la capital mexiquense, surgió una esperanza con la oportunidad de realizar un trasplante, cuyo donante sería su padre. Con ilusión, la familia de Litzy hizo lo posible para obtener los recursos económicos para realizar los estudios y laboratorios requeridos, cuyo monto rondó en 100 mil pesos.
Vendieron terrenos, se endeudaron pidiendo prestado a familiares y amigos, todo para que al final el trámite, consultas, traslados y estudios ya no sirvieran para nada, pues el proceso se canceló al renunciar el médico especialista que la atendía.
Al dirigirse al Centro Médico Adolfo López Mateos para ahí realizar el trasplante, le piden nuevamente hacer todo el proceso de estudios, pero su papá, quien se dedica a la albañilería y su mamá quien hace trabajo doméstico; ya no tienen las posibilidades para solventarlos nuevamente.
“Es un costo muy alto y no tenemos los recursos. Recibir el riñón sería una alegría porque ya me siento sin motivación de seguir adelante, al recibir el riñón sería una nueva, seria revivir, poder estudiar para ser alguien, poder trabajar para apoyar a mis papás”, dijo.
Con lágrimas, expresó que el trasplante también significaría una vida normal para su familia, pues le entristece ver a sus papás preocupados y frustrados, que sus hermanitos no puedan disfrutar de una niñez alegre o su hermana de su juventud, porque el ambiente en casa es doloroso y tenso con cada recaída que presenta.
“Me hace sentir mal porque me duele verlos tristes por mi culpa, a veces recaigo tanto que sólo le pido a Dios me de ánimos, ganas de salir adelante y pueda seguir mi vida normal”, dijo aún llorando.
Por ello, ahora busca el apoyo de la población para recaudar los recursos que le permitan seguir con el sueño del trasplante, “para mi sería un privilegio me apoyaran, mi cuerpo ya está frágil, necesito el riñón, se qué hay gente buena que nos pueda ayudar”, añadió.
Cualquier ayuda por mínima que sea, favor de comunicarse al 5560952136 con el señor Orlando Oro.