
La muerte de poder judicial
Quien ya perdió el piso y se subió a un trono para hacer de su gestión una dictadura donde el que no obedece es despedido, es el alcalde del Partido del Trabajo (PT) del municipio de Calimaya, Omar Guillermo Sánchez Velázquez, a quien acusan de nepotismo, corrupción y de encabezar una serie de despidos masivos en su administración.
Hasta nuestra redacción nos compartieron documentos que muestran una severa violación a los derechos laborales de trabajadores del Ayuntamiento, por no ser parte del PT y no compartir la ideología política de ese partido, que por primera vez tiene el privilegio de dirigir los destinos del municipio.
Acusan que el presidente municipal no sólo mantiene una ola de despidos injustificados en el interior del Ayuntamiento, sino también los está condicionando a que se retiren por las buenas y será hasta en enero del 2026 cuando les pague sus respectivas liquidaciones, siempre y cuando no demanden.
En un acto total de autoritarismo, Sánchez Velázquezintenta retenerles el finiquito a los empleados despedidos, para acomodar a sus allegados, amigos y hasta aquellos que invirtieron capital en su campaña, así lo cuentan los afectados.
E incluso en la décima cuarta sesión de cabildo, su titular jurídico, Marco Mendoza López, presumió las estrategias de no pagar un solo centavo a las personas que despidieron, ya que, según él, no cuentan con el dinero.
El alcalde que ganó con la coalición de la 4T hoy ya no es querido en Calimaya, al contrario, sus votantes se arrepienten de haberle dado voto a un personaje que hoy abusa de su autoridad y gobierna con foráneos sin interés por el progreso del pueblo bueno de Calimaya.
Omar Guillermo Sánchez Velázquez, parece que esta urgido en acomodar a sus allegados en posiciones claves y en su afán de cumplir con sus compromisos, se está negando a hacer lo que dicta la ley; este golpe a la burocracia sin duda le será suficiente para sepultar su carrera política.