
Donald en el País de las Maravillas
-Poco común en América Latina#PensemosElFuturo
Una excelente semana para ustedes, amig@s de Quadratín!
Mucho se habla a últimas fechas sobre revocación de mandato.
La revocación de mandato, revocatoria de mandato o referéndum revocatorio (recall election) es un procedimiento democrático por el cual los electores pueden ratificar o cesar a un servidor público electo, antes del término de su mandato, mediante votación directa, bajo el principio de que la soberanía recae en el pueblo, como puede ser el caso del presidente, un gobernador o alcalde.
El candidato de Morena a la Presidencia de la República ofrece realizar cada dos años una consulta para someterse a esta figura; sin embargo, omite recordarnos que los refrendos que realizó como jefe de gobierno del Distrito Federal fueron informales, de legitimidad cuestionada incluso a niveles de burla.
Esta institución jurídica es muy poco común. Sólo existe en algunos cantones suizos, en algunos estados y condados de la Unión Americana, en la Columbia Británica canadiense, en Venezuela, Ecuador, Bolivia y algunas provincias argentinas.
Sin embargo, en América Latina la figura no ha sido de ninguna importancia práctica; incluso recientemente ha sido suprimida de algunos cantones suizos. En contraparte, en 2003, con esta figura, en los Estados Unidos de Norteamerica se removió al gobernador de California Gray Davis.
En nuestro país, este mecanismo jurídico fue introducido en el Estado de Yucatán en 1938, y aunque nunca fue utilizado, se declaró inconstitucional en 2010. Similar situación ocurrió en Chihuahua, donde fue adoptado en 1997 y también declarado inconstitucional. Pese a ello, en los últimos años, los estados de Oaxaca, Morelos, Guerrero, Zacatecas y Aguascalientes adoptaron la figura.
El principal problema de la revocación de mandato es el procedimiento para sustituir al funcionario revocado, pues este puede ser consecuencia de una oposición mayoritaria en el Poder Legislativo para poner en el cargo, sin que medie elección alguna, a un nuevo funcionario de las fuerzas contrarias.
Asimismo, la revocatoria socava por completo el gobierno representativo, pues provoca en los funcionarios electos miedo a tomar decisiones impopulares pero necesarias, sobre todo en los recurrentes momentos de crisis económicas mundiales y nacionales.
Otro argumento en contra es que el mecanismo podría ser utilizado irresponsablemente por los partidos como un arma política contra sus rivales.
La introducción de esta figura vendría a encarecer nuestros de por sí ya costosísimos procedimientos electorales.
Más aún, podría provocar un mayor hartazgo en la población, ya decepcionada con la democracia por los procedimientos democráticos eternos.
Lo cierto es que estamos muy lejos de poner en marcha una consulta revocatoria en forma y con las características y candados requeridos. Por tanto, la propuesta del candidato de Morena es demagogia pura y, al parecer, ni siquiera entiende cómo opera ésta.
Lo que necesita nuestro país es más trabajo, más política social, una mejor distribución de la riqueza; también el cabal funcionamiento de las instituciones del Sistema Nacional Anticorrupción y la eliminación del fuero constitucional de todos los servidores públicos.
Para eso, requerimos un Fiscal general de la República y contralores internos autónomos, verdaderamente independientes del Poder Ejecutivo, como lo hemos venido promoviendo desde la oposición.
Instituciones fuertes y menos demagogia. Ahí está el futuro de México.