
¡Hasta pronto, Francisco!
Josefina Vázquez Mota trae un convoy de más o menos seis camionetas en su staff de equipo y colaboradores, la cuidan como si ya fuera gobernadora, aun cuando las mediciones y encuestas la ponen en un franco tercer lugar.
Es imposible acceder a la candidata, pero no solo la tienen cooptada para el contacto directo con la población a la que le anda pidiendo el voto, sino que también le han creado una burbuja que le bloquea el acceso a la información y por tanto, le obnubilan la toma de decisiones, e incluso las correcciones estratégicas de su campaña.
Quizás Josefina ni siquiera sabe que la tienen aislada de más de la mitad de la estructura panista del Estado de México y quizás también la han engañado diciéndole que cuenta con todo el blanquiazul para hacerla ganar.
Eso no es cierto, las figuras clave del panismo mexiquense (entiéndase los nombres que quiera), no están con ella, es más, la batuta de su campaña y la definición de su destino ya ni siquiera la va a tener en su poder.
La abanderada blanquiazul está cometiendo exactamente los mismos errores -pero aumentados-, que registró en su campaña presidencial y eso puede ser determinante en su resultado electoral el 4 de junio próximo.
Vázquez Mota tienen muchísima capacidad, sin duda está preparada para gobernar el Estado de México, pero donde muestra ineficiencia es en la elección de su equipo de colaboradores. Hay muchos miopes que piensan que se comerán solos un gran pastel, pero resulta que están haciendo todo lo necesario para nunca tener ese triunfo que los lleve a degustarlo.
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