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TLATLAYA, Edomex., 27 de febrero de 2018.- Los aspirantes de la tercera regiduría hasta la sindicatura, por el PRI, renunciaron de forma tajante a estos puestos de elección popular expresando no tener ninguna posibilidad de ganar con su pre candidata Jazmín Jaimes Albarrán y la imposición de Ana Molina a la primera regiduría, de quien acusaron no conoce ni su seccional.
De acuerdo a los inconformes, aspirantes a las diferentes regidorías, Yadira López Casas, Manuel Cruz, Anayeli Marcellez Tinoco, José Luis Salgado, 3, 4, 5 y 6, aspirantes las regidurías respectivamente, así como Cesar Pascual, aspirante a síndico municipal, renunciaron ante su descontento a tanta imposición expresando que el participar, solo sería una pérdida de tiempo.
José Luis Salgado, aspirante a la 6 regiduría, considero que existe un panorama adverso en este proceso electoral, donde la imposición de gente improvisada, sin militancia política, dejan un proyecto de años, trunco, sin valides y en el olvido de la misma militancia.
Líderes del PRI en este municipio dijeron sumarse a los ex aspirantes a las regidurías, advirtiendo no apoyar a la pre candidata, de quien asumieron no cuenta con ningún liderazgo y ser solo una imposición de su señor padre, Gilberto Jaimes, quien ha traicionado al partido del PRI desde el año 2000, al 2006, trabajando a favor del PRD, para después trabajar a favor del PT.
Asegurando que la militancia en el municipio se encuentra secuestrada por mercenarios de la política, gente que solo comercian puestos para sus allegados, gente sin escrúpulos, olvidándose que existen otras opciones, cayendo en el mismo error cada tres años.
Asumieron que la aspirante a la primera regiduría, Ana Molina, es hija de Miguel Molina, quien cuenta con el cargo de presidente del partido (PRI) en el municipio.
Afirmando que su Ana Molina no cuenta con una sola acción a favor del partido, siendo premiada con la primera regiduría. Cuestionando que estas acciones interesadas no pueden ser avaladas ni toleradas y, será el partido estatal del PRI, quien defina la línea que se debe de seguir, trabajando con transparencia o seguir alimentando a los mercenarios políticos.