
Góngora, revolución literaria para la posteridad:
La Crónica es género literario que permite retratar la vida personal o de la comunidad, pueblo o ciudad, sabiendo que solo como es lógico, en una parte de nuestra experiencia ciudadana: nadie puede aducirse como el dueño de la crónica, y si lo hace, tendrá que estar en <<un pueblo ciego donde el tuerto es el Rey>>. Sabemos que ‘cronista’ que se cree dueño de la verdad, no es más que un ignorante que no comprende que escribir o retratar la “Crónica” verdadera es asunto de todos —es decir—, tarea que se hace en colectividad. Todos somos dueños del género de la Crónica, por lo que con humildad y sencillez, debemos de actuar buscando en el laboratorio social que es la sociedad en su conjunto el presente de lo que somos contemporáneos.
Esto lo comprueba Nicolás Maquiavelo en su libro “Del arte de la guerra”, texto donde aparecen redactadas una serie de entrevistas que captura de viva voz el florentino. Siete libros que abarcan un poco más de 130 páginas plenas de sabiduría por parte de Cosimo Rucellai, de quien dice: “…cuyo recuerdo me hace siempre verter lágrimas”. Maquiavelo sabía distinguir la sabiduría y la amistad. Conocedor del pasado más allá de su natal Florencia, permanentemente elogia a los romanos en su época imperial; por dar lecciones no sólo en ingeniería, vida social, educación, política o economía: en su estudio del arte de la guerra. ha de versar en 7 libros de no más de 130 páginas: para expresar los males, peligro permanente de golpes de Estado o de actos de corrupción y deshonestidad por aquellos que al incorporarse a los ejércitos, van con terribles emociones de maldad y poderío: recuerden a Hitler, Mussolini, Stalin, Franco, Pinochet, Viola y una larguísima lista de personajes que son vergüenza de la humanidad.
Es duro el cronista y padre de la ciencia política: “Los soldados de oficio y las compañías de aventureros son indignos y peligrosos para la libertad de los Estados”. Por eso, creo que si alguien desea aprender lo que es escribir Crónica debe estudiar la obra y vida de Nicolás Maquiavelo. Sus textos son la Crónica de lo que es y, no, de lo que se cree que es o se desea, como acto moral o ideológico, que viene de la religión o de la política traicionera.
Cuidado con hacer la vida de una democracia o una república bajo el mando de las armas. Siglo XV y principios del XVI y el florentino con sabiduría que raya en duras opiniones, desbroza peligros de dar el poder a los militares; a través de ciertas ‘leyes’ o ‘decretos’ que lo permitan o por indolencia del gobernante. Reyes, príncipes, señores feudales y todo tipo de gobernantes son señalados con certeza por esa mente prodigiosa que es la de Nicolás Maquiavelo que frecuentemente cayeron en este error. Es una lección de aquellos siglos y es lección permanente en el siglo XXI.
Basta con leer los subtítulos del <primer libro /sumario>> para recibir lecciones precisas, científicas de lo que es posible hacer y de lo que por ninguna circunstancia se deba permitir: “En las repúblicas y en los reinos bien organizados no se permite el ejercicio de las armas como única profesión”. El soldado y el alto general debe retornar cada vez que sea posible a su hogar, para que no esté con la mente en toma de decisiones sobre matar o morir; o dar mandatos que corresponden a decidir quién gobierna un Estado, que se cree libre, ciudadano y de respeto a los derechos humano pero vive bajo el pavor de las armas.
Son muchas las lecciones de este libro en sus páginas. Resulta interesante reflexionar en cuántos políticos que se creen liberales, republicanos, federalista de estos tiempos, han leído con atención sus páginas; para comprender cómo cuando es necesario se debe defender al Estado a través de las armas, pero al paso de la crisis, saber mandar a los milicianos a sus hogares. Para que sepan lo que es vivir dentro de la convivencia pacífica que hace grande al Estado, por encima de las armas, como acto de imposición sobre aquellos que se pretende gobernar.
Los hechos en el estado de Venezuela comprueban hasta dónde es pernicioso el dominio de las armas sobre la ciudadanía, que se siente ahogada por pavor que se implanta en un Estado militar. Es letal Maquiavelo cuando dice: “Los ejércitos pretorianos fueron la ruina del imperio romano”. Parece que es duro y siente antipatía por las armas y los militares el sabio pensador, Pero lo que enseña es que si no estudias a fondo la historia de la vida militar por lo hicieron los griegos, o Aníbal de Cártago, en su guerra de liberación del imperio romano de aquellos tiempos. Conoce Europa en los ‘tudescos’ en lo que hace Francia o Italia, y los Suizos a los que admira, pero también lo que viene del norte de África o del medio oriente en el caso de Persia. La mente del florentino es una poderosa biblioteca de datos y conocimientos.
Cronista y estudioso del pasado. De eso se hace el historiador y el cronista que expresa su presente <<con los pelos del burro en las manos>>. Insiste, en este caso Cósimo Rucellai, dice Nicolás: “Elección de los soldados, debe ser hombres de la propia nacionalidad”. Largas entrevistas en estos 7 libros, obligada lectura para ciudadanos, reyes, príncipes y gobernantes de estos tiempos; y también, para quienes formando ejércitos en las naciones actuales deben saber que hay comportamientos de violencia o de fuerza, que deben tener un límite obligado en el tiempo y la paz.
Los ejércitos deben fundarse con los propios ciudadanos en sus diversas composiciones sociales y de fortalezas que le deben ser propias. La negación a aceptar la presencia extranjera, por experiencia viva de aquellos tiempos, en el fin del feudalismo y el nacimiento de nuevos siglos. Por ejemplo, donde los soldados de paga eran asalariados que no participaban por amor a la patria, sino con aquel Rey o príncipe que le pagara más. Cuando el gobernante aceptaba tales condiciones terminaba fracasando y siendo por lo tanto, un gobierno de pocos años en el poder defenestrado o muerto.
Es rica en sabiduría la mente de Cosimo Rucellai y la capacidad de Maquiavelo para escribir las lecciones que en su libro hoy son patrimonio de la humanidad. Diversos nombres aparecen en estas 7 lecciones de vida sociedad-militares; cada pregunta de: Fabricio, Luigi, Zanovi, Battista a Cosimo son reflexiones profundas que tiene respuesta en la sabiduría histórica y comparación de la misma con el presente.
No hay duda, de que a Nicolás Maquiavelo se le debe leer de múltiples formas. Como padre de la ciencia política, como literato de una prosa ágil al decir cosas de lo humano y, como Cronista, que enseña que nada es válido cuando un falso ‘cronista’ dice: <<cuidado con lo que dices o haces, porque si no te borro de mi escrito>>, poniéndose así del lado del oscuro estalinismo y no de la lección moral que da el florentino: del cómo ser un verdadero Cronista de su tiempo que escribe más allá de simpatías y antipatías y define su presente tal cual es.