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TOLUCA, Edomex., 26 de junio de 2025.– Con el propósito de proteger la salud de las comunidades rurales y reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola, el Gobierno del Estado de México avanza en la recolección masiva de residuos tóxicos a través del programa Campo Limpio, impulsado por la Secretaría del Campo (SeCampo). En lo que va del año, esta estrategia ha permitido recolectar más de 38 toneladas de envases vacíos de agroquímicos, principalmente insecticidas, herbicidas y fungicidas utilizados en regiones agrícolas clave.
La palabra clave residuos agroquímicos se ha vuelto central en las políticas de sostenibilidad del Edomex. El objetivo de la recolección es evitar que estos residuos altamente contaminantes pongan en riesgo la salud humana o se filtren al medio ambiente, especialmente en zonas productivas como Atlacomulco, Coatepec Harinas, Otumba y Villa Guerrero.
En este último municipio —reconocido por ser el mayor productor de flores del estado— la SeCampo concentró grandes volúmenes de plásticos agrícolas tras temporadas de alta demanda como el Día de San Valentín y el Día de las Madres. El material recolectado es canalizado a Amocali, una asociación dedicada al reciclaje especializado y aprovechamiento industrial de este tipo de desechos.
Durante una jornada de supervisión en Villa Guerrero, María Eugenia Rojano Valdés, titular de la SeCampo, hizo un llamado directo a las y los productores: aplicar la técnica del triple lavado de envases antes de desecharlos y utilizar únicamente los contenedores autorizados instalados por el gobierno municipal. “Nuestro compromiso es avanzar hacia un modelo agroecológico que disminuya progresivamente el uso de productos nocivos y fomente prácticas más sostenibles en el campo mexiquense”, expresó.
Este modelo agroecológico busca equilibrar la productividad del sector con el respeto al medio ambiente, apostando por un cambio de conciencia entre productores agrícolas y autoridades locales.
La gestión de los residuos agroquímicos no sería posible sin la colaboración de los ayuntamientos, específicamente a través de las direcciones municipales de Agricultura y Ecología. Estas dependencias trabajan de la mano con los productores para asegurar que la disposición final de estos envases se haga bajo normas sanitarias y ambientales.
La Secretaría del Campo también realiza campañas de información y sensibilización, recordando que una sola mala práctica puede contaminar suelos, ríos o incluso afectar la producción misma.
Con estas acciones, el Estado de México demuestra que sí es posible transformar el campo desde una perspectiva sostenible. El control y correcto manejo de los residuos agroquímicos es solo el primer paso de una ruta que apuesta por un futuro donde producir no implique contaminar.