Balazos en el pie
· Un alto funcionario ordenó regresar el avión a plataforma
· Ninguna autoridad intervino y ahora van contra el capitán
· Sheinbaum embarga cuotas obreras al sindicato de CDMX
No pudieron callar.
Aquí cuestionábamos ayer quién incurrió en falta peor: la secretaria (Josefa González Blanco Ortiz Mena) por pedir un favor especial, Aeroméxico por darlo o las autoridades por falta de control.
Los tres, sobre todo la Secretaría de Comunicaciones
y Transportes (SCT), querían encomendarse al olvido para dejar pasar el asunto como un incidente sin consecuencias.
No pudieron por la presión.
Ayer Aeroméxico ofreció en boletín de prensa “una sentida disculpa a los pasajeros afectados por la injustificada demora de nuestro vuelo 198 el pasado viernes 24 de mayo.
“No existe en los registros de nuestra aerolínea un caso similar”.
Y a continuación la empresa anuncia una investigación, acaso paralela a la de la SCT de Javier Jiménez Espriú porque se violentó un artículo, el 17 de la Ley de Aviación Civil.
Dos cosas:
Si fue “injustificada la demora”, como dice Aeroméxico, es porque asume la culpa y acepta una sanción con dos variables: o cancelación de la licencia o una multa ejemplar.
Y si la SCT acepta la violación de un artículo, simplemente le resta proceder.
UNA MUJER MUY MACHUCHONA
Mientras ellos investigan, aquí damos detalles.
En primer lugar, la orden de regresar de pista a la aeronave salió directamente de un alto directivo de Aeroméxico y no por una supuesta “orden presidencial”, como se dijo.
En segundo, no intervino ninguno de los organismos alternos: Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) o Aeronáutica Civil.
Más claro: la orden llegó al capitán del avión vía la empresa y, obvio, será la víctima expiatoria para cerrar el capítulo de un incidente sin consecuencias mayores, como sería bajar del aire a Aeroméxico.
¿Por qué actuó el alto funcionario de la línea aérea?
Simples datos:
Josefa González Blanco Ortiz Mena tiene pedigrí: nieta de un ex secretario del Trabajo (Salomón González Blanco), hija de un ex secretario de Gobernación (Patrocinio González) y pariente de otro ex secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena.
Y por si fuera poco, también descendiente de la dinastía de Raúl Salinas Lozano, ex secretario de Industria y Comercio y padre del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
¿Cómo no dar servicio a una personalidad así y, por si hiciera falta, miembro del gabinete de Andrés Manuel López Obrador?
UN SINDICATO SIN SUS CUOTAS
El Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad de México (SUTCDMX) conoce la 4T de manera indirecta.
Desde diciembre no recibe con regularidad las cuotas de los 184 mil trabajadores al servicio de la capital por parte del gobierno de Claudia Sheinbaum, equivalentes a poco más de ocho millones de pesos.
Su dirigente Juan Ayala ha informado a sus bases del retraso y busca a funcionarios de la autoridad urbana para encontrar una salida al conflicto porque de ese dinero depende el funcionamiento de la organización gremial.
En este momento se le adeuda todavía lo de abril.
Espera cita de una representación del gobierno para regularizar esta situación o la menos atención del Subsecretario de Capital Humano, José Luis Basaldúa Ramos, o en el menor de las escalas de José Luis García, director de Capital Humano.