
Regresa Cruz Azul a final después de una década
OCOYOACAC, Edomex., 21 de abril de 2017.- La gente de Ocoyoacac primero se muestra asombrada, después se emociona, muchos vencen la timidez y le piden una foto para el recuerdo, para la posteridad. Y es que de unos meses para a acá el ex actor Eduardo Capetillo, con su esposa, la también ex actriz, Bibi Gaytán, han decidido hacer su vida muy normal en esta comunidad.
Fotos, firmas y autógrafos y muchos besos, es lo que cada vez que salen a las calles recaba Capetillo. Y no pocos se preguntan si esas rúbricas que hoy son para la alegría de decenas, centenas o miles de ciudadanos, en un futuro no muy lejano sean solicitadas de vuelta por el famoso ex actor.
¿Por qué, para qué? Para muchos es obvio, porque este personaje famoso, además de estar haciendo su vida cotidiana en Ocoyoacac, está haciendo una gran labor social. Se ha dado a la tarea de atender pequeños o grandes problemas sociales, esos que por desdén, soberbia o negligencia, no atiende la autoridad municipal.
Eduardo ya era querido, no sólo en Ocoyoacac -donde reside desde hace años-, sino en el contexto nacional, porque siempre fue un ente público, alejado de los escándalos propios de ese medio. Él y Bibi Gaytán hacen su vida campirana en la hacienda que es de su propiedad, en los límites de Ocoyoacac con Capulhuac.
Por un lado a la gente le causa furor ver a Eduardo Capetillo y su esposa caminar por las calles, no sólo de la cabecera municipal, sino de algunas comunidades.
¿Qué quiere el menor de la dinastía Capetillo? Por ahora hace labor y trabajo social, pero quizás más adelante no le alcancen los recursos propios o gestionados para seguir ayudando a la gente. Entonces, seguro tendrá que ver otras opciones.