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ISIDRO FABELA, Edomex., 17 de julio de 2018.- Nadando en un pequeño arroyo de agua completamente limpia en medio del bosque, se encuentran los ajolotes, anfibios en peligro de extinción que con el afán de subsistir, naturalmente se reproducen en la región de Santiago Tlazala, gracias al apoyo de ejidatarios, investigadores académicos y autoridades como Conafor.
El conocido ajolote de montaña es una especie que se encuentra en alrededor de 10 zonas de la región, al ser censados mensualmente se ha registrado que hay desde 40 hasta 100 anfibios en cada una. Victor Ávila Akerberg, biólogo e investigador de la UAEM, explicó que los ajolotes en promedio llegan a medir 15 centímetros y aunque ya es raro algunos alcanzan hasta los 35 cm y un peso de 60 gramos, asimismo señaló que llegan a tener hasta 4 años de vida.
Escondido en pequeñas cuevas del arrollo, los anfibios se negaban a dejarse ver, pues además de la ausencia de sol, son presas fáciles de otras especies de fauna, principalmente las truchas, a pesar de tener la gran capacidad de regenerar sus órganos y extremidades.
El crecimiento poblacional del centro de México, la introducción de especies exóticas, los cambios climáticos, el cambio de uso de suelo que acaba con los bosques y bacterias, son los principales factores de riesgo que han originado la perdida de los ajolotes, explicó Ávila Akerberg.
«Nos duele que esté en peligro, tenemos que cuidarlo, esta especie es única y es importante aprovechar los recursos naturales y dar buen manejo», añadió. Florentino Morales, presidente de la «Organización Trabajando por Desarrollo de Jilotzingo», quien trabaja con los ejiditarios de la región en pro de las tierras, destacó el trabajo que se realiza para su conservación, «y queremos hacer dos santuarios en espacios naturales, en manantiales pequeños para reproducirlo, cuidarlo y difundir su existencia en la región que nos hace sentir orgullosos», finalizó.