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SULTEPEC, Edoméx., 11 de octubre del 2016.- Los habitantes de este pueblo con encanto lo conocen como “el mono”; así se refieren al monumento al minero de manera muy familiar, es tan común a la vista que pocos se interesan en conocer un poco de la historia y origen de esta figura erigida muy oronda en el centro de la plaza principal de Sultepec, en el sur del estado de México.
Está labrado en cantera, es la representación de los mineros de la época del virreinato, con su gorro elaborado con lana para protegerse la cabeza y sus herramientas -mazo y cincel-, casaca que se sabe era de cuero para proteger la piel; camiseta y pantalón de manta, “enrollado al chamorro y con huaraches de correa”, según indica en su descripción el licenciado en Turismo Mauricio Baltazar Hernández, quien gusta de guiar grupos de visitantes para explicarles la riqueza histórica de su pueblo, donde sobresale esta escultura realizada en el año 1882 por Manuel Arellano Velazco.
Su conservación es adecuada para la cantidad de años que lleva a la intemperie; atestigua el paso de los años y la forma como se ha trasformado este poblado que se resiste a dejar su aire provinciano, su imagen típica, con tejados rojos, ventanales con sus antiguos balcones de herrería, su singular empedrado de redondas piedras de río ribeteadas con pequeñas lajas negras.
“El minero” ha visto impasible cómo avanza la modernidad y mucho de su entorno ha cambiado, varias casas desaparecieron para convertirse en locales comerciales, las jardineras también son diferentes, pero él sigue impávido, sin alteraciones, observando el ir y venir incesante de vendedores y compradores de pan, dulces, tacos, elotes, nieves, frutas, verduras.
Es también testigo de amores, de citas furtivas, de historias románticas iniciadas bajo sus pies; “el mono” muy discreto permanece desde hace varios años durante las ceremonias oficiales realizadas cada 11 de abril para conmemorar la aparición del periódico “El Ilustrador Nacional”, editado en esta localidad donde este hombrecito de piedra permanece muy quieto desde hace 134 años.
“El Minero” vigila también desde septiembre del 2010 el crecimiento de “el árbol del bicentenario”, plantado frente a él, un encino obtenido de las semillas del “árbol bendito”, localizado en Aculco en el lugar donde ofició misa el cura Miguel Hidalgo y Costilla, lo sembraron el presidente municipal de entonces Gustavo Sánchez Betancourt; Marco Antonio Romero Ruíz, Síndico Municipal y los 10 regidores de la comuna.