
Rezago en Salud en México (1985–2018)
Dip. Xóchitl T. Arzola Vargas/Quadratín Edomex
Históricamente las mujeres hemos enfrentado una serie de conductas dañinas que se reconocen como violencias de género. Fue hasta hace unos siglos cuando algunas compañeras comenzaron a alzar la voz para señalar el sistema de abuso patriarcal en el que nos encontrábamos viviendo. Mujeres como Charlotte Perkins, Harriet Martineau y Mary Wollstonecraft denunciaron que las mujeres nos habíamos convertido en una propiedad de los hombres y que, en la medida en que nos fuera posible, trabajar y contar con educación profesional podríamos alcanzar una libertad que nos igualaría con ellos.
La lucha de estas mujeres, en cierta forma, logró una serie de cambios en los últimos doscientos años que nos permitieron llegar a una sociedad más igualitaria, en la cual, la mayor parte de las mujeres pueden acceder a la educación y al trabajo remunerado. A pesar de haber alcanzado una cierta equidad social, aún persisten otro tipo de violencias que no han podido ser erradicadas, como la violencia física, sobre todo en términos de la violencia extrema, como el feminicidio.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hasta 2024 morían diariamente 11 mujeres en la región. Sin embargo, datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señalan que en México durante el mes de enero de 2025 fueron asesinadas por este motivo 16 mujeres al día.
Si bien son palpables los esfuerzos de la administración del presidente López Obrador y ahora de la Presidenta Sheinbaum Pardo por disminuir la violencia en el país, aún es mucho lo que hay por hacer para sensibilizar a los hombres sobre la necesidad de abandonar las prácticas sociales ligadas a la estructura patriarcal. Es decir, la sociedad debe sensibilizar a todos sus integrantes sobre los efectos que tienen dichas conductas en la reproducción de la violencia.
En el Estado de México hoy se trabaja con la gobernadora Gómez Álvarez para atender este grave problema. sin embargo, aún es necesaria la participación de todas y todos. Solamente con un cambio cultural podremos ir atenuando las violencias que aún nos aquejan a las mujeres. Un mundo libre de violencia es posible y también necesario si queremos hacer justicia a todas las que han luchado por la libertad y a las que murieron esperándola.
Desde la Cámara de Diputados nos encontramos trabajando en una agenda que permita coadyuvar a los esfuerzos de los gobiernos federal y estatal. Estamos convencidos que es necesario hacerlo y con el apoyo de las y los ciudadanos que buscan un México mejor será una realidad.