El Xinantécatl vive los muertos

TOLUCA, Edomex., 31 de octubre de 2017.- Llega el Día de Muertos y con él, los relatos que han pasado de generación en generación y que dan un toque sobrenatural a lo narrado, como las leyendas que se han tejido alrededor del Nevado de Toluca.

Bolas de fuego que flotan entre los árboles y cruzan la zona boscosa, luces amarillas que parecen perseguir a un cristiano por la noche, sonidos que parecen provenir de ultratumba o llanto de bebé en lugares inhabitados, son algunas de las experiencias que la gente cuenta han sucedido en el volcán Xinantécatl.

Pobladores y elementos del Grupo de Rescate de Alta Montaña, de la policía estatal, aseguran haber atestiguado al caer la noche, la aparición de incontables bolas de fuego flotando por la zona boscosa.

“Veníamos todos en la unidad y más o menos a la altura de las antenas un compañero se percata que había una, dos, tres luces redondas de luz amarilla. Al seguir nuestro camino notamos que estas luces nos venían siguiendo, venían por la zona boscosa, lo cual es muy difícil caminar por ahí”, describió Óscar Barrios, policía de Alta Montaña de la Fuerza Especial de Seguridad.

De acuerdo con la creencia popular, en la cima del Nevado de Toluca se practicaban rituales maléficos y dicen quienes han visitado este lugar durante la noche, que además de las bolas de fuego también se escucha el llanto de un bebé.

“Hubo una noche en que fuimos a patrullar a las lagunas, en la laguna de El Sol, se escucha un chillido, un llanto fuerte, como un grito más o menos, escuchamos como hubo el llanto de un bebé, después la verdad nos metimos asustados al refugio y ahí escuchamos como cayó algo en la loza, como que rascaban y salimos y no había nada”, recordó Salvador Sánchez, comandante de Alta Montaña de este destacamento.

Ya sea en esta montaña o en otros sitios, las leyendas viven y forman parte de la cultura en México y, especialmente, fechas como el Día de Muertos, fortalecen las creencias centenarias y las historias continúan siendo contadas de boca en boca, de generación en generación.