Balazos en el pie
Desde siempre se ha dicho que aquellos que tienen noviazgos muy largos y se casan no duran y viceversa, pero en realidad no hay una hipótesis que asegure esto.
Lo que sí les puedo decir, es que cuando un noviazgo se alarga mucho, hay más confianza cada vez, a tal grado que al igual que algunos matrimonios, las parejas comienzan a perder la frescura por agradarle al otro, ya que sin querer, ambas partes asumen que se sienten seguros uno con el otro, y esto sí que puede ser un gran problema en el futuro, ya que tanto en los noviazgos como en los matrimonios, si no existe un interés mutuo por mantener la chispa, pronto se convierte en rutina, incluso puede ser que una de las partes piense que la otra persona ya no la quiere igual, y en algunos casos, aún sin dejar ese noviazgo se tienen otras parejas, lo cual es un signo inequívoco de que ya no está bien esa relación.
En otros casos, cuando ya la relación tiene mucho tiempo, y la etapa de la novedad y gran emoción de ambas partes ha pasado piensan que necesitan compartir más tiempo y cosas, pero cuidado, ese segundo paso no siempre es el matrimonio, y es aquí en donde algunas parejas cometen el grave error de pensar que si ya no tienen más que dar como novios, es entonces hora de casarse.
Amigos y amigas, el matrimonio debe ser el resultado de un acuerdo mutuo porque se tiene ya la certeza de que se quiere compartir la vida con la otra persona, nunca porque el ánimo de ser novios ha mermado, porque de ser así, es entonces tiempo de analizar qué es lo que está pasando dentro de la relación y si surgen dudas mejor será que no se casen, cuando se toma la decisión de casarse nunca se piensa mucho, es una decisión espontánea, sin titubeos, y créanme que nada tiene que ver el tiempo que tengan de novios, es simplemente el deseo mutuo de estar, vivir y compartir la vida.
En mi experiencia como terapeuta, me he topado con parejas que son novios desde que son muy jóvenes, 5 ó más años. En este tiempo ambas partes han evolucionado no sólo como pareja, sino como personas, han vivido juntos la adolescencia e inicio de la juventud, y no es que no haya parejas que en estas circunstancias se hayan casado y tengan un buen matrimonio, pero cuando hay mucho tiempo de por medio, ya no sólo han compartido tiempo juntos, sino que también se ha involucrado la familia y amigos de ambos, por lo que es más difícil tomar la decisión de soltar, pues hay que soltar al novio (a), y a todos los demás.
Este proceso de “soltar” es lo más difícil cuando se está en una relación de noviazgos largos, donde ya no se quiere estar, sin embargo no debe ser un motivo para continuar donde no se quiere ya estar y menos pensar que por “derechos de antigüedad” ya deben casarse.
No hay recetas para tomar la decisión de casarse, lo importante es que sea cual sea la forma que se decida para estar con una persona, es que ambos tengan el compromiso de amarse, respetarse y saber escucharse cuando lo necesiten. La comunicación libre, sincera y respetuosa, es el mejor termómetro que existe para saber si es la pareja adecuada, si quieren seguir como novios y sobre todo si quieren compartir una vida en la que todos los días serán buenos para demostrarse y corroborarse como la persona que eligieron para caminar juntos.
Cuando existe verdadero amor, éste perdura por sobre todas las circunstancias, tiempo, distancia y comentarios de terceros sobre el tiempo que ya se tiene como pareja, ya que en algunos casos es más la presión social y familiar la que determina el momento de casarse.
Sean felices y sean libres de decidir cómo es que quieren vivir con su pareja.