Libros de ayer y hoy
**Alfredo Castillo «El Santo de los casos perdidos» o el «comodín»
**Realizó las capturas del Incorregible, La Mano con Ojos y el Coqueto, entre otros en Edomex.
**Se pensaba que iría a la PGR con Peña, pero le dieron cargo menor, ahora, trabajará en la pacificación de Michoacán.
La trayectoría política de Alfredo Castillo Cervantes, ha sido como «el comodín» de la baraja priista, el «apaga fuegos» en los incendios mediáticos o «El santo de los casos perdidos», o llámelo el «San Juditas Tadeo» de Enrique Peña Nieto, que primero como gobernador y luego como presidente de la República, lo ha puesto en escenarios conflictivos para que resuelva los errores de otros políticos ligados al poder público.
En el 2010, Alfredo Castillo Cervantes era subporcurador regional de Cuautitlán Izcalli en el estado de México y por cierto, responsable de la investigación de la desaparición de la niña Paulette, hija de una familia de la comunidad judía.
Su nombre salió a flote durante las investigaciones de esa niña cuyo cadáver fue encontrado en la misma cama que ya habían revisado peritos de la PGJEM, la familia de la pequeña, incluso, hasta de perros amaestrados que llevaron para encontrar alguna pista para su localización.
El escándalo le costó el puesto al entonces procurador Alberto Bazbaz Sacal y por primera vez, el entonces gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, lo llamó para «ser comodín» para hacerse cargo de la PGJEM, mientras que encontraba un nuevo procurador mexiquense.
Pero Alfredo Castillo Cervantes empezó a dar resultados en la PGJEM ante la complacencia de Enrique Peña y su gabinete. Una de sus primeras capturas de importancia fue la del «Incorregible», un ex integrante de la Familia Michoacana que se había organizado a su propia banda, para cortarle la cabeza a los sicarios michoacanos que tenían bajo su control al municipio de Los Reyes la Paz y quitarles la plaza.
Asimismo, logró la detención de Jacobo Tagle Dobin, uno de los implicados en el secuestro y asesinato del empresario Hugo Alberto Wallace, entre los municipios de Cuautitlán Izcalli y Nicolás Romero.
Otras de las capturas que hizo crecer la fama de Alfredo Castillo, fue la de Oswaldo García Montoya, «la Mano con Ojos» o el «Compayito», quien habían matado a unas 300 personas y enviado a asesinar a otras 300; además de tener amenazado al procurador, porque supuestamente le pagó para que le diera protección.
Sin embargo, ese tema se aclaró, ya que el dinero que le envió a Alfredo Cervantes jamás llegó a su destino y el «Compayito» ordenó la muerte de la persona que se quedó con ese dinero.
Alfredo Castillo Cervantes formó un equipo especial que no involucró con el resto del personal de la PGJEM para evitar filtraciones y actos de corrupción, con el que pudo salir avante con sicarios, asesinos, narcos y violadores, como el caso de César Armando Librado Legorreta, a quien lo bautizó como «El Coqueto».
Sin embargo, a dos de sus agentes se le fugó de las instalaciones de la subprocuraduría de justicia de Barriento, aunque el autor de ocho asesinatos de mujeres fue recapturados, posteriormente.
Cervantes Castillo le dio dinamismo a la PGJEM durante su tiempo como procurador en la última etapa de Enrique Peña Nieto como gobernador, luego, fue ratificado por Eruviel Ávila Villegas, pero con el triunfo de Peña como candidato a la presidencia de la República, Alfredo, es llamado al gobierno federal.
Se pensaba que Alfredo Cervantes sería el nuevo procurador de la República con Peña Nieto, pero el puesto se lo ganó el hidalguense, Jesús Murillo Karam. Al ex procurador mexiquense le dieron un puesto menor en la PGR.
Pero, su trabajo siempre los ha mantenido a flote, auxilio en la investigación en la explosión en las torres de PEMEX en la ciudad de México y ayudó a armarle el expediente a la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Meses más tarde, ante un nuevo escándalo con la «lady Profeco» -una de la hijas de Humberto Benítez Treviño que abuso con el cargo de su padre- Alfredo Cervantes fue enviado «como bombero» a apagar el escándalo mediático.
Las nuevas circunstancias del país, obligaron a Enrique Peña Nieto, a llamar a su «San Juditas Tadeo» para enviarlo al estado de Michoacán y hacerse cargo de la seguridad de esa entidad conflictiva por «la guerra» entre los Caballeros Templarios y las guardias comunitarias en la zona de tierra caliente.
Peña confía que su pieza política en Michoacán logre apaciguar las turbulentas aguas sociales en ese estado, además, de lograr la captura de «La Tuta» y otros jefes de los Caballeros Templarios que prácticamente son dueños de la entidad.
En sí, el gobernador Fausto Vallejo será una figura decorativa y controlada por el gobierno federal, para que le deje libre el camino a Alfredo Castillo, para que logre su objetivo.
Se sabe que el gobierno de Fausto Vallejo está infiltrado por el crimen organizado, por ello, Alfredo va con todo el respaldo de Peña, el ejército, la policía federal, con la consigna de desligarse de las corporaciones locales que también están al servicio de los Caballeros Templarios.
Lo que tiene Alfredo Castillo es un gran reto para su carrera política y si lo dejan, pronto dará resultado.
PARA EL ARCHIVO…
Una de las estrategias de Castillo es su disposición y manejo con los medios de comunicación, con los que hizo un buen trabajo en la PGJEM pese al fracasado caso de la niña Paulette.
Incluso, si usted los recuerda amigo lector, su sensibilidad lo llevó a escribir algunos casos de investigación que hizo como procurador mexiquense y que se publicaron en el periódico El Universal