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XALAPA, Ver., 26 de julio de 2016.- A Pedro Tamayo Rosas le fascinaba su trabajo, cada vez que escuchaba una sirena me decía ‘vamos gorda’; me siento orgullosa de él porque era un excelente ser humano, un excelente reportero que no se metía con nadie, no tenía enemigos, era un buen padre de familia, indicó Alicia Blanco, viuda del reportero asesinado la semana pasada en Tierra Blanca, quien explicó que decidieron regresar de Baja California porque él no era un delincuente y no le debía nada a nadie.
Entrevistada en Conexión Veracruz, subrayó: “no teníamos bronca con nadie, le ganaba la adrenalina por cubrir una nota policiaca y compartirla con reporteros de la región, e incluso su renuncia a un diario fue porque manejaban muy cerrada la información”.
Regresamos de Baja California, donde nos habían reubicado, porque tuvimos problemas económicos, a pesar de contar con un apoyo, dijo, y recordó que en enero, cuando los sacaron de Tierra Blanca, “en Xalapa fue muy difícil estar encerrados en un cuarto de hotel sin ver ni los carros, te vuelves loco en ese encierro, del cuarto a un restaurante, ahí mismo desayunar, comer, cenar, con una tele con la misma programación las 24 horas del día”.
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