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TONATICO, Edomex., 27 de septiembre de 2016.- La euforia de los festejos patrios, ha concluido para la mayoría, pero en una parte de la región sur del estado continúan con el ambiente festivo, allá en Tonatico aún falta el festejo mayor, celebrar un aniversario más de la consumación de nuestra independencia, este 27 de septiembre.
Con sus variantes, allá se visten también de apaches, quienes se enfrentan con los “gachupines”, igualito que en Tejupilco o Luvianos, además están los “guaranis” y los “costeños”, y la tradición se remonta según algunos historiadores a mas de 150 años.
Pero retornemos a la región de Tierra Caliente, donde la fiesta mayor en honor a los héroes de la Independencia se realiza el 15 y 16 de septiembre como en la mayoría del país, con la ceremonia del “grito” y el desfile cívico.
Lamentablemente al correr de los años, el origen y significado de esta celebración se ha perdido al paso del tiempo, conforme pasa el tiempo se adquieren costumbres muy ajenas al sentido conmemorativo que nos ocupa en estas fechas, y quienes participan, sobre todo jóvenes, ignoran el origen, y agregan ornamentos y acciones que han convertido esta fiesta en una mezcla extraña de acciones y ornamentos.
Sobre esta evolución y sincretismo que ha sufrido la tradición de los festejos patrios, el Cronista municipal de Tejupilco Rodolfo Sinaí Gómez expone una serie de consideraciones y datos dignos de tomar en cuenta, resultado de investigaciones minuciosas para encontrar los orígenes de esta fiesta y como fue transformándose.
“Los festejos de la Independencia en Tejupilco se registran por primera ocasión durante los primeros días de diciembre de 1821, cuando se dio la proclamación del Imperio Mexicano, entonces celebraron los lugareños la Independencia con un acto cívico, desfile y una verbena con baile, y desde el siglo XX la noche del 15 el Presidente Municipal dada “el grito” y ofrecía una cena para los políticos en turno y sus invitados, afuera un baile público para los menos afortunados.
Al día siguiente desfilaban en un carro alegórico el poco personal de la presidencia, el destacamento de soldados o guardias, los alumnos de la escuela de niños que era primaria, y el carro alegórico con la reina, las princesas y los niños que representaban la Patria, La Libertad, La Justicia y algunos héroes de la Independencia.
Al terminar el desfile cívico, comienza una teatralidad: En el balcón del Palacio Municipal los “gachupines” ondean la bandera de España y dan “vivas” al rey. Luego, una multitud de indios y negros -(personas pintadas con tizne o grasa que simulaban los esclavos, vestidos con harapos)- armados con palos, piedras y machetes expulsan a los gachupines y los llevan a fusilar al Llano atravesando la Plaza de Armas y la Plaza Hidalgo, antaño iban de tienda en tienda pidiendo alcohol”.
Sobre la indumentaria de “los Apaches” el cronista explica como se transformó el gusto y costumbre de la fiesta de manera muy circunstancial y paulatina, cuando una persona con afán de participar en la fiesta lo hizo con un traje rojo, de una danza religiosa, mientras el resto de los participantes vestían pantalones y camisas de manta, huaraches, morrales y sombreros.
“El traje era un vestido rojo con algunas hileras de cascabeles en la parte inferior, elaborados con trozos de lámina. En la parte frontal tenían una luna en menguante como las de los moros infieles, un penacho con algunos listones colgando, huaraches, medias y un machete”.
“En los años siguientes otros que no conseguían traje de indio se sumaron a los primeros y se integraban a la teatralidad. Con el tiempo la gente gusto de ese traje y comenzó a elaborarlo con más adornos, penachos vistosos y brillantes, más filas de cascabeles, lentejuelas, y arrogancia”, señala nuestro cronista.
En cuanto a la Danza de españoles y apaches, esta se ha perdido en el municipio, aunque se conserva en muchos otros pueblos de México; la música era al son de flautas y tambores , se representaba el 5 de febrero día de San Felipe, el 29 de junio aniversario de la fundación del pueblo y día del Santo Patrono señor San Pedro, también el 25 de julio en Arizmendi y el 13 de agosto día de San Hipólito en la Parroquia. Más tarde se llevó al Rincón del Carmen en las fiestas de enero y julio.
Ahora la danza del apache es un son de Tierra Caliente llamado el “Pito Real”, nombre de un pájaro carpintero de gran tamaño que abundaba en la región y el centro de México.
En la actualidad, dijo, el Apache es el disfraz favorito de los adultos, jóvenes y niños y es identificado erróneamente como un traje “típico”, pero en realidad no existe un origen patriota en este personaje, no está vinculado de origen con las fiestas de Independencia, no es una danza, no tiene una canción. Pero es innegable la fuerza y popularidad alcanzada por los apaches en los últimos años.
El Apache es el disfraz de un personaje de una danza religiosa virreinal que en el siglo XX se integró a la teatralidad de los festejos de la Independencia de México, no tiene danza propia en este evento ni tampoco la canción con que se le conoce, es propia.
El traje se ha transformado, y hoy es excesivamente ostentoso, se le añadido maquillaje y la ostentación, el estado de ebriedad y la violencia pueden ser algunas de sus características.
El cronista explica como cada año se suman mas y mas jóvenes y visitantes quienes se integran al singular festejo del 15 y 16 de septiembre; donde tienen permisividad total, pueden hacer prácticamente lo que quieran, desde ingerir alcohol a las calles, hasta tiznar a quien se les atraviese en el camino, sin saber cuál es el origen o a quién representan. No saben de negros o de indios y qué ocurrió en Tejupilco durante la Independencia.
Lamentablemente para mucha gente, y sobre todo visitantes estos festejos son pretexto de muchos para organizar una borrachera masiva, con el disfraz de su preferencia, incluyendo a los niños y niñas, sin inducirlos al tema de celebración, esto no es adecuado, la tradición se pone en riesgo, y según el cronista municipal Sinaní , el Apache y los actuales festejos son el mejor ejemplo de una tradición desvirtuada, pero su masiva aceptación y popularidad le fortalecen, es un sincretismo cultural creado en el medio de la confusión cuyo gusto casi llega al amor, el orgullo y hasta un micro nacionalismo todo aceptable, aunque no le caería mal un poco de orden, y detalles para hacer mas amena y segura la celebración, colocando por ejemplo sanitarios en las calles, gradas para espectadores, desalentar el consumo del alcohol y jugar con machetes de madera, para tener un festejo más digno..